Van partiendo llenos los trenes desde Málaga a Madrid. Fitur. Un año más. La Costa va a exhibir número de pernoctaciones, operaciones aeroportuarias y cifras de aperturas hoteleras como quién enseña orgulloso su musculatura a los compañeros de gimnasio. Madrid se convierte en una gigante convención de ediles y técnicos, asesores, alcaldes, presidentes de mancomunidades, empresarios y currelas.

La capital del reino recibe a los reinos que alquilan salas o comedores de vetustos o modernísimos inmuebles para regalar croquetas y folletos y presentar las bondades del destino. Bien acreditado, o sea, papela de luxe en el bolsillo, puedes desayunar a costa de Euskadi, almorzar en Cataluña y merendar brindando por Valencia. Por ejemplo. Madrid es un cartelón en el que se ve a un señor en el Caribe para envidia, solaz o indiferencia del oficinista contrariado tal vez por la cuesta de enero. Coincide en Ifema, el recinto ferial de Madrid, Fitur con una feria sobre Harry Potter. Semana de la fantasía. El turismo es un gran invento. El gran invento del turismo es Fitur. Todos contentos. Cabe un alfiler. Periodistas libres de yugo familiar durante tres días. Dos noches. Gachupinadas de políticos en la nocturnidad que proporcionan antiguos antros de la modernidad que lo único que han renovado son los precios de las copas. Fitur mezcla al hipster con el que aún pide un Bacardi cola. Hoy mismo: bufés atestados de gente que abusa del zumo de naranja y dice que el día va a ser muy largo. Fitur supone siempre un repunte del número de gente que en España desayuna huevos con bacon.

La provincia de Málaga alcanzó en 2017 los 12,5 millones de visitantes y consigue recuperar el mercado nacional, que crece casi un cuatro por ciento. El número de personas empleadas el pasado año en el sector turístico se incrementó en casi un nueve.

El turismo deja casi 14.000 millones en un año. Los turistas no saben dónde han estado, los viajeros no saben hacia dónde están yendo, nos dijo Paul Theroux. Sólo falta que los sueldos suban y que los contratos no sean casi todos temporales o en precarios. Que el que le sirve el café se dedique a ello por auténtica vocación y tenga para llegar a fin de mes. Mañana, la monarquía acudirá a inaugurar la feria y políticos de distinto signo se harán carantoñas para las fotos de los periódicos de sus provincias. Un esfuerzo promocional con precedentes.