Con recordar que se trata de una iniciativa del departamento de Zoido, debería quedar todo dicho. Según el ministro que emplea las fuerzas del orden para aporrear votantes, el profesorado ha abdicado de la vigilancia antiterrorista, consustancial por lo visto a la tarea educativa. La culpa del descontrol yihadista está en la ESO, a un paso de culpar directamente a los programas educativos de la izquierda, por conciliadores y ayunos de marcialidad.

Gracias a las consejas del Ministerio de Interior, los profesores mallorquines sabrán que algo relevante sucede, cuando un alumno se presenta en clase con un kalashnikov. Una cosa es la correcta excitación de la sensibilidad y la colaboración ciudadanas, y muy otra la conversión de cada profesor en un policía aficionado pero igual de integrista. Solo falta amenazar a los docentes con represalias, en el caso de que se registre algún incidente yihadista en su entorno. Con la multiplicación de tareas extracurriculares de indudable envergadura, del estilo de medirle la longitud de la barba a alumnos de doce años, no va a quedar tiempo para enseñar matemáticas.

Occidente no acierta a encontrar una solución preventiva al terrorismo islámico. A falta de saber si la hay, el estímulo de la delación no figura entre las terapias recomendables. Excita los bajos instintos, y multiplica la burocracia en la persecución de pistas falsas. La enumeración de los rasgos que se disfrazan de la eufemística ´radicalización´ no merece una cartografía ministerial, porque está al alcance de cualquier adulto que haya visto un episodio de Homeland.

Mientras se moviliza al profesorado para perseguir terroristas, los subordinados de Zoido se baten con denuedo para perseguir a tuiteros de pacotilla, que han empleado un caracter de más. O contratan de confidentes con fondos públicos al imán que pretendía volar Barcelona. El combate del yihadismo se basa en el viejo trabajo a pie o legwork policial, y en enterarse algún día de que la raíz común de islámico e Islam no es pura coincidencia.

La conversión de cada profesor en un policía no responde únicamente a la sustitución de la eficiencia por la grandilocuencia, un vicio universal. El plan Localiza a tu Yihadista recoge la divisa primordial del Gobierno de Rajoy, consistente en rehuir la responsabilidad para que otros le solucionen los problemas, ya se llamen terrorismo islámico o Cataluña.