Logan Paul, un joven de 22 años, paseaba por el bosque de Aokigahara, conocido como el «Bosque de los Suicidios», en Japón, cuando se encontró el cadáver de una persona que presumiblemente había terminado con su vida. Lo grabó todo entre risas y lo subió a Youtube. Cabe decir que Logan Paul no es un chico cualquiera, es un «youtuber» estadounidense con millones de seguidores y una buena nómina a cargo de la plataforma. Ocupa el puesto número cinco de los más cotizados de Youtube: en 2017 ingresó 10,6 millones de euros.

Terminar con situaciones como éstas es el objetivo de Youtube este año. La plataforma no quiere volver a fallar a sus anunciantes, que critican la falta de cribado. Tan sólo dos semanas después del suceso en Japón, Youtube ha decidido cortar por lo sano. Por un lado, contratará a 10.000 empleados para aumentar el control de los vídeos y, por otro, reduce el número de «youtubers» que cobran por su contenido.

La traducción: los canales más pequeños, en seguidores y visualización de sus vídeos, no recibirán dinero de Youtube. La plataforma endurece el acceso al «Programa de Partners de Youtube» (YPP), el apartado que permite a los creadores monetizar su contenido. Tampoco forma parte ya del programa, por cierto, el joven «youtuber» que subió el vídeo del cadáver en Japón porque la compañía ha roto sus lazos «profesionales» con él, aunque su canal sigue abierto.

Según las nuevas normas, sólo cobrarán por sus vídeos aquellos que tengan más de 1.000 suscriptores y consigan generar más de 4.000 horas de visualizaciones al año. El salto es importante. Hasta el momento se pedían 10.000 reproducciones totales, sin ningún requisito específico de horas de visualización anuales. Los canales que no cumplan las exigencias tienen hasta el 20 de febrero para hacerlo o serán expulsados del programa y dejarán de monetizar su actividad. Por poco dinero que sea.

«Aunque estos cambios afectarán a un número significativo de canales, el 99% de los afectados obtuvieron menos de 81 euros en todo el año y el 90% ganó menos de dos euros en el último mes», explican Neal Mohan, director de producto, y Robert Kyncl, director de negocios, en el blog de Youtube.

Este cambio llega tan sólo ocho meses después de que se estableciera un listón inferior para cobrar por los vídeos. El buque gira en sentido contrario y sus creadores, a partir de ahora, tendrán una nómina intermitente que dependerá de las normas y el éxito de sus vídeos.Más control humano

El contenido de los «youtubers» con más de un millón de suscriptores será controlado «a mano». Los alrededor de 2.000 canales que superan esta cifra pasan a formar parte del programa de «contenido prioritario». Youtube verificará cada uno de sus vídeos de forma independiente y por un equipo de moderadores humanos. Para ello, contratará a más de 10.000 personas este año. Con esta medida el contenido extremista o inapropiado será más difícil que alcance grandes masas, pero, sobre todo, no enfadará a los anunciantes.

En marzo del año pasado grandes marcas abandonaron la plataforma por su incapacidad para controlar el contenido. Ahora la tónica es diferente: no sólo aumenta la vigilancia, sino que los anunciantes podrán expresar su opinión sobre cuáles son los sitios más apropiados para colocar la publicidad de su marca.