Cuando voy a pasar bajo uno de los pórticos en los que Tráfico exhorta a cosas, ahora en concreto al mantenimiento del vehículo («revise las luces», pone), una gran trepidación por la ruina del pavimento hace temblar las luces. Muy oportuno. Desde que la Dirección General de Carreteras, o el Ministerio de Fomento, o Rajoy, o la clase política en conjunto (callada al respecto) han tomado la opción ´mantenimiento cero´ en materia viaria, el traqueteo que va desapareciendo de las vías férreas rebrota en el asfalto. Ya no es la consecuencia directa de la crisis, pues empieza a haber numerario en las arcas, sino una secuela suya, restos de crisis por toda la red viaria, una factura de muchos dígitos pendiente que antes o después habrá que pagar. A la espera de que alguien se tome de una vez esto en serio, sólo se pide que Tráfico (Interior) empiece por dar consejos a su vecino en el Consejo.