El pasado sábado pudimos ver en la gala de los Goya una nueva reivindicación. Esta vez porque quieren ver más mujeres en el cine y en todos los ámbitos que, ya que se reivindica, se reivindica para todo. Creo que esas reivindicaciones además de no ser suficientes para resolver el problema que plantean, ni siquiera son necesarias. No me parece mal, pero no las veo útiles. Me parece una gran oportunidad perdida para hablar de cine y solo de cine. Me encanta el cine, y me encanta el cine español. Es decir, que se puede pensar que las reivindicaciones cinematográficas son fútiles y no pensar que el cine español es muy malo, aclaro porque parece que una cosa implica la otra.

Yo habría reivindicado a Reyes Abades, habría hecho ir a todos con alguna réplica de sus artefactos, por ejemplo con la bestia de El día de la bestia, mucho más resultón que el muy femenino abanico rojo (me extrañó que nadie dijera que el abanico es un accesorio machista).

Habría hablado de cine, habría reivindicado mucho más el cine porque mezclar churras con merinas y pensar que por hablar en una gala de una asunto, éste se va a arreglar sin más, es muy ingenuo. Toda acción que no sea atajar el problema de raíz y actuando en la educación no es más que dar pábulo a que se creen negocios de marketing, observatorios, institutos y demás grasa que no ataja el problema. Por supuesto que hablar de educación no es solo pensar en los niños de Primaria. Se puede actuar y cambiar los hábitos de una forma contundente. Salvando las distancias, el problema del tabaco en lugares públicos se atajó cuando se comprendió que no solo era un problema de libertad o de salud, sino que era un problema de respeto. El problema de las mujeres no sólo es un problema de cifras y de ser más o menos. Es un problema de libertad y de igualdad de oportunidades. Sacar abanicos adorna una gala pero ni es suficiente, ni sirve para nada. ¿O quizá sí?¿para que yo escriba esto?