'Puigdemont, entre la espada y el olvido', por José María Narbona Ortega

Cataluña nos dejó ayer una noticia muy llamativa, que pocos podíamos esperar. Por el momento es un secreto a voces, pero parece que el movimiento independentista ha alcanzado un acuerdo para que Elsa Artadi sea la nueva presidenta de la Generalitat, por lo tanto, sucesora de Carles Puigdemont. Las elecciones del 21 de diciembre, lejos de dividir, han servido para unir al independentismo y han dejado claro que, en este proceso independentista, no importan las personas, sino la causa. Artur Mas parecía la persona más imprescindible de este proceso hace tres años, nadie imaginaba la culminación de la República de Cataluña sin el expresident. Hoy, su carrera política está acabada. La misma suerte correrá Carles Puigdemont puesto que, por muy imprescindible e importante que se crea, pasará a ser parte del olvido cuando su sucesora sea investida. Si el nuevo movimiento realizado por la coalición Junts per Catalunya prosperase y Elsa Artadi sustituyese al expresident de la Generalitat, y exalcalde de Girona, al frente del Govern, a Puigdemont solo le quedan dos opciones. Regresar a España para ser detenido, o quedarse en Bruselas y caer en el olvido para siempre. En la política, como en la vida, nadie es imprescindible. Carles Puigdemont no es una excepción.