Había que decirlo en términos que hasta el más necio pudiera entender. No hay que confundir valor con precio, nos dice el refranero, siempre sabio. Aún así, el informe emitido por los expertos del Icomos lo dice bien clarito: el paisaje de Málaga es un bien económico. Es un recurso valioso para el desarrollo de la población que sería dañado de forma irreversible por la construcción de un rascacielos en el dique de levante de nuestro puerto; por tanto, recomienda que se desestime el proyecto. Tal dictamen no es ninguna sorpresa: es, ni más ni menos, lo mismo que venimos afirmando literalmente muchos desde hace tiempo: geógrafos, académicos, periodistas, historiadores, arquitectos, etc.; y, por supuesto, ciudadanos de a pie.

Pero está bien que venga alguien de fuera a ratificarlo, pues hay quien afirma que quienes critican al proyecto están en contra del progreso, o que si hay arquitectos que se oponen es porque están envidiosos por no haber recibido el encargo. Los del Icomos están libres de sospecha, en cambio. Ah, ¿Qué quiénes son los del Icomos? Pues Icomos es el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios.

No se trata de una organización cualquiera: es la entidad internacional asociada a la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) encargada de dictaminar sobre la declaración de los sitios del Patrimonio Mundial de la Humanidad.

Por cierto, en caso de que se nos hubiese olvidado: hace poco más de un año, nuestro alcalde anunciaba que «el Plan Estratégico de Turismo de Málaga prevé la presentación de la candidatura del Centro Histórico como Patrimonio de la Humanidad». Buena suerte con las nominaciones.