El Unicaja se mide esta noche a un Real Madrid que llega en un gran momento a la Copa. Las últimas derrotas en la Euroliga no le quitan su cartel de gran favorito. Pablo Laso va recuperando efectivos, el último Randolph, y mantiene un bloque compacto con jugadores muy acostumbrados a jugar este tipo de partidos. Uno de ellos es el francés Causeur. Fabien nació en Brest, en Bretaña, en el Finisterre francés y pronto comenzó a jugar al baloncesto, con sólo 4 años, siguiendo el ejemplo de su familia. Su abuelo, su padre, su madre y sus hermanas jugaban al deporte de la pelota naranja. Todos los veranos, Causeur vuelve a su casa, en Loc-Maria-Plouzané, donde ve a sus amigos, duerme en su habitación de niño, come los guisos de su madre Nathalie, ex jugadora de Les Bleuets de Guilers, y practica con su entrenador de la infancia, Julien Hamon, en el BB29, el club donde su padre Guy, ex jugador del ES Kerbonne, ahora entrena equipos de chicas.

Causeur no lo ha tenido fácil a pesar de «su cuna». Sus grandes temporadas siempre han estado trufadas por problemas físicos o de salud. A pesar de todo se ha asentado en la selección y ha conquistado títulos en Francia y Alemania siendo MVP de las finales. Después de todo esto, este verano se vio preparado para dar un salto en su carrera y aterrizar en el Real Madrid. Una decisión que aunque muchos achacan a su novia, la modelo y abogada madrileña Lucy Aycart, le debe más a su amistad con Nocioni y a su «amor» por el club blanco. Fabien cuenta que jugando en el Baskonia se presentó un día a entrenar con la camiseta de Cristiano Ronaldo «y casi me echan». Pero no sólo es fan de CR7, desde pequeño es fan de Zidane, con el que ahora comparte comedor en Valdebebas. Un comedor donde ha conocido a otro compatriota, Benzema. En un artículo en el Blog de la Euroliga, el galo también habla de Doncic: «En la cancha, en los entrenamientos le tratamos como un veterano. Es el encargado de poner la música en el vestuario. Luego, fuera del campo, sí se ve que es un niño todavía».

Causeur es uno de esos peones que en un primer momento nadie destaca en una plantilla como la del Real Madrid, pero que en una competición como la Copa puede resultar determinante. Una Copa que finalmente se jugará una vez desconvocada la huelga. Creo que era algo inevitable porque la huelga ahora, no tenía sentido. Todos «odiamos» a los pilotos de Iberia que hacían huelga en nuestras vacaciones y los jugadores no se merecían pasar a la historia como los malos de esta película. Creo que tienen razón y que por plantear la huelga ahora podían perderla. Es más, creo que han sido demasiado generosos y deberían haber apretado más. Eso sí en otro momento.

La situación del baloncesto español es insostenible a medio plazo si se sigue jugando con unos cupos que priman los derechos de formación por encima de la nacionalidad. Las canteras de los equipos se llenan de jugadores de todas las nacionalidades y con 14 ó 15 años los Pérez o los Fernández no tienen opciones de jugar. Equipos de cantera de toda la vida como el Estudiantes tienen a un sueco y a un senegalés jugando como españoles la ACB. Y lo más curioso es que la propia FIBA exige más españoles para jugar la Basketball Champions League que la ACB y además no admite a Savané como español. Al final no es un tema de dinero. Nadie monta un pollo por 150.000 euros. Sobre la mesa estaba una pretensión de ampliar las fichas de extracomunitarios. Se ha puesto un parche gracias a la generosidad de los jugadores pero el problema no está solucionado.