¿Por dónde empiezo? A veces es difícil y tienes el dilema de seguir por una carretera u otra y hay coches detrás que hacen sonar el claxon…¡pi pi!… Bueno, por aquí. España deberá pagar a los etarras de la T4 por «trato inhumano» y tres de los siete jueces hablan de torturas. La flor que le faltaba al ramo, después del corte de mangas que le ha hecho el PNV al Gobierno llevándose la pasta del cupo. Pero lo realmente importante es que tanto Carlos Haya como el Hospital Clínico suman ya más de un año de demora para las prótesis de pene, si es que la sanidad pública da pena. Y los de Icomos con un informe precocinado y del gusto de la claque.

Después tenemos el relato -como dicen los cursis- de la caza de brujas en Podemos, tras Vistalegre II; Pablo Iglesias ha despedido a un tercio de la plantilla y ha borrado el errejonismo de la foto, como papá Stalin. Recuerdo como en los días del 15M gritaban aquello de «la urna es nuestra cárcel», ahora algunos están en la checa -Chrezvycháinaya Komíssiya- y exudan amargura. Este es un tiempo gramsciano, podemos decir, en el que lo viejo tarda en morir y lo nuevo no llega todavía. Lo hablo con Paulette, escritora venezolana, a la que el Estado bolivariano no le paga la pensión, ni a ella ni a casi nadie, se están produciendo suicidios, están llevando al pueblo al convencimiento de que solo queda morirse.

Pero no podemos olvidarnos tampoco de los arrepentidos, que acorralan al PP en la Gürtel, Púnica y Lezo. Rajoy está sitiado pero no se rendirá, si lo cogen vivo sabe la suerte que le espera. Su lema es resistiré, piensa aquello de que especular con lo que se podría haber hecho en el pasado solo nos lleva a la melancolía. Sé fuerte, Mariano.

Le convendría al presidente la lectura de La tabla rasa, de Steven Pinker. El concepto que tengamos de la naturaleza humana lo impregna todo. Pinker demuestra que muchos intelectuales defienden tres dogmas encadenados: la tabla rasa (la mente no tiene características innatas), el buen salvaje (la persona nace buena y la sociedad la corrompe) y el fantasma en la máquina (todos tenemos un alma que toma decisiones sin depender de la biología). Pinker lo que demuestra es que la igualdad, el progreso, la responsabilidad y el propósito nada tienen que temer de los descubrimientos sobre la complejidad de la naturaleza humana, tranquilos. El autor desmonta incluso, aquí entra Rajoy sin llamar, las amenazas más inquietantes. Bueno, pues de esto hablábamos en La Solana, un agradable restaurante de Fuengirola con un pescado en un punto inmejorable, y de Isla Negra, librería y galería de arte, en Álamos. Debo invitar al doctor José Muriana, al frente de Medical Service Care en crecimiento por toda España, a este rincón de la avenida Ramón y Cajal, de médico a médico. Además, promueve la cooperación al desarrollo en la India. Por cierto, nada que ver con Oxfam y su supuesta superioridad moral, ahora por los suelos con el descubrimiento de las orgías con prostitutas en la Haití devastada por el terremoto. Es lo malo que tiene ir por la vida con ínfulas, ya se encarga la ley de la gravedad de ponerte en tu sitio.

Y Enrique Valdecantos y José Manuel Cabello se afanan en la presentación del curso de bolsa que inaugurará el profesor Carlos Rodríguez Braun. La bolsa como epítome de la vida en la que tantas variables han de ser tenidas en cuenta, sin que podamos ni sospechar cuántas. Como no sabemos a estas horas la clave del misterio de Fernando Francés e Invader, es de novela negra, se pone interesante por momentos, ¿qué habrá detrás, más allá de lo aparente?

Llegas a casa y escuchas el piano de Federico Mompou, miniaturista de sus obras, delicadas, íntimas, zen, diría yo, la música callada, la voz del silencio, el Cántico espiritual de San Juan de la Cruz. Gerardo Diego, no muy lejos, ido hace nada, en 1987, escribió:

Tú y tu desnudo sueño. No lo sabes.

Duermes. No. No lo sabes. Yo en desvelo,

y tú, inocente, duermes bajo el cielo.

Tú por tu sueño y por el mar las naves.

En cárceles de espacio, aéreas llaves

te me encierran, recluyen, roban. Hielo,

cristal de aire en mil hojas. No. No hay vuelo

que alzo hasta ti las alas de mis aves.

cima@cimamalaga.com