Parece irresponsable que al hilo de las medidas de emergencia del 155 frente a la intentona secesionista se reabra el melón lingüístico en Catalunya, pero ¿ni siquiera pensar en ello?, ¿es acaso un tabú? La sola hipótesis de que el objetivo final de la inmersión lingüística no fuera tanto devolver la plenitud de la vida al catalán como la muerte por ahogamiento del castellano pone los pelos de punta, no sólo por lo estúpido de mutilar toda un área de conocimiento/relación y lo antieconómico, en tal caso, de una inversión en inmersión (¡acabar con una riqueza!), sino por la entraña culturalmente genocida que tendría esa intención. Bien, no nos pasemos, la realidad resultante no es esa, y los medios en castellano aún son maqyoritarios, pero no sobrará una serena reflexión al respecto de todos los partidos, un debate cívico ponderado y una seria atención al asunto del mundo académico.