Todos conocemos la figura del Patrimonio de la Humanidad, protección cultural creada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Es el título que confiere este organismo internacional a sitios específicos del planeta con el objeto de catalogar, preservar y dar a conocer sitios de importancia cultural o natural excepcional para la herencia común de la humanidad, y que fue adoptado por la conferencia general de la Unesco el 16 de noviembre de 1972.

Al igual que la UNESCO, otro organismo dependiente de las Naciones Unidas, la FAO, Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, y, en respuesta a las tendencias mundiales que socavan la agricultura familiar y los sistemas agrícolas tradicionales, en 2002, durante la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible (WSSD, Johannesburgo, Sudáfrica), lanzó una Iniciativa sobre conservación y gestión adaptativa de los "Sistemas del patrimonio agrícola mundialmente importantes" (SIPAM).

El concepto de los SIPAM es distinto y más complejo que el de un sitio convencional de patrimonio o de área protegida. Un SIPAM es un sistema vivo, en evolución, formado por comunidades humanas en estrecha relación con su territorio, ambiente cultural, agrícola o ambiente biofísico y social más amplio.

El objetivo general del Programa SIPAM es identificar y salvaguardar Sistemas del Patrimonio Agrícola Mundialmente Importantes y sus paisajes asociados, biodiversidad agrícola y sistemas de conocimiento a través de catalizar y establecer un programa a largo plazo para apoyar dichos sistemas y mejorar los beneficios globales, nacionales y locales derivados a través de su conservación dinámica, gestión sostenible y viabilidad mejorada

Este patrimonio agrícola mundial debe ser reconocido y respaldado de manera tal que le permita continuar evolucionando y aprovisionando bienes y servicios para las generaciones presentes y futuras.

Es decir, se trata de preservar y reconocer un sistema agricola milenario para la posteridad.

El enfoque de SIPAM se centra en la gestión humana y los sistemas de conocimiento, incluidas sus características socioorganizativas, económicas y culturales que sustentan los procesos de conservación y adaptación en los SIPAM sin comprometer su resiliencia, sostenibilidad e integridad.

El cultivo de la viña y la producción de pasas en la Axarquía ha sido declarado el primer Patrimonio Agrícola Mundial por la FAO (junto con las salinas de Añana en Álava). Debemos sentirnos orgullosos de un sistema de producción milenario, artesanal, respetuoso con el medio ambiente y fundamental para la supervivencia durante siglos de muchos pueblos de nuestra Axarquía. Un producto, la pasa, que junto con el vino de Málaga fue antaño, el sustento económico de toda la provincia, y conocidos y valorados a nivel mundial.

Ahora es la FAO, las Naciones Unidas, las que lo valoran y preservan. Es un reconocimiento histórico para nuestra provincia y para Andalucía. Tenemos un sistema de producción reconocido a nivel mundial, ahora nos toca a malagueños y malagueñas defenderlo, promocionarlo y valorarlo. Y sentirnos orgullosos.

* Francisco Javier Salas Ruiz es delegado Territorial de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía en Málaga.