Estos días los amantes del fútbol estamos disfrutando de partidos de selecciones donde cada país prepara el Mundial de Rusia del próximo verano. Partidos donde los mejores jugadores de cada equipo juegan con los combinados nacionales. Es un lujo poder disfrutar de un Alemania-España lleno de talento o ver a Messi jugando contra sus compañeros del Barça en el amistoso entre España y Argentina. A la vez y de manera extraña la Segunda División del fútbol español no para. Una Segunda División emocionante y disputada ve como si has apostado por jugadores internacionales que aportan mucho a tu equipo los pierdes en un momento crucial de la temporada. Difícil de entender.

Lo mismo pasa en el fútbol femenino. Tres jugadoras de mi equipo no estarán la semana próxima por compromisos con sus selecciones y seguro que les pasa a más equipos. Paula, convocada con España s´19, Pamela con la absoluta de Uruguay y Kerlly con la absoluta de Ecuador no disputarán la próxima jornada. No se trata de buscar excusas, ni culpables pero si creo que el fútbol debería reflexionar sobre ello. Buscar la manera de no perjudicar a jugadoras que son importantes en sus clubes y que llegado el momento no pueden jugar con ellos. No es normal que jugadoras internacionales dejen los clubes que les pagan cuando tienen competición. No es normal que jugadoras jóvenes con talento disputen torneos s´19 cuando en juego está la segunda división española.

Esta situación no es nueva y los responsables deberían pensar en ello. Jugamos muchos partidos y hay muchos compromisos. El fútbol crece día a día en repercusión, y situaciones como estas no ayudan al desarrollo de un deporte que debe apostar por organizarse de manera que nadie se sienta perjudicado. No es fácil cuadrar calendarios pero hay que intentar evitar agravios comparativos. Los futbolistas estamos en medio y sólo podemos que cumplir con las normas. Pero es importante que para ser mejores se solucionen estas cuestiones. He sido internacional con España y sé el orgullo y la ilusión que supone defender a tu país, ser llamada por tu selección; pero eso nunca debería estar reñido con poder también defender los intereses de quien te paga todos los meses. De jugar con tu equipo en momentos decisivos de la temporada.