Los Presupuestos Generales de la Provincia para Málaga son cicateros, pobres, rácanos y no cubren necesidades. Son de los más bajos de la historia, nada comparable con los mil y pico millones con los que el Gobierno de Magdalena Álvarez regaba la provincia. Eran otros tiempos, dirá alguien. Sí, sin duda, unos tiempos mejores para las infraestructuras de Málaga. No había crisis, argumentarán otros. En efecto, pero los mismos que dicen que entonces no había crisis son los que pregonan que ya hemos salido de ella. Ciento y pico millones para Málaga es poco. Es inercia. Es continuar, no agrandar. Administrar, no invertir. Seis millones para el tren a Marbella. Je. Que cuesta, en el mejor de los casos, más de 2.000 millones.Vaya ritmo, majetes. Tal vez en Soria o en Alicante, en Mejorada del Campo o en Lleida opinen lo mismo, que los presupuestos son escasos para sus necesidades. Ya pero resulta que en esta ocasión escribimos de Málaga. Y, desde luego, el agravio no es universal, no es para todas las provincias. Para comprobarlo sólo falta ver las cifras. Va de suyo también que este año mucho dinero que se iba a ir a inversiones se va en inversiones en personas, lo cual está bien pero no deja de ser también inversión electoral. Ya saben, hay que subir sueldos a determinados colectivos para que no la líen en la calle. Enseñanza: hay que liarla en la calle si no uno muere pobre. O en su casa. En la calle, no desde luego. Málaga.

Volvamos: no hay ni un solo proyecto de calado o interesante o de puro desarrollo. Y ya dijeron fuentes gubernamentales el domingo que de echarle más dinero al aeropuerto, nada de nada. Con todo, estos presupuestos son un voluntarismo que aún no ha sido apoyado en sede parlamentaria por una mayoría. Luego, están en el aire. A voluntad del PNV, que dice que no apoyará las cuentas del PP mientras siga vigente el 155 en Cataluña, lo cual no depende del PP y sí de que los indepes formen gobierno de una vez y abandonen el puigdemonismo.

Si no hay presupuestos, puede que haya elecciones y el documento presentado ayer será en parte papel mojado trufado de prorrogación de las cuentas anteriores. Rajoy y su Gobierno van entrando en una prórroga como mortecina, de administradores que se agarran a la cosa ya sin mayor (ni mejor) proyecto que conservar el Gobierno.