Peor, Cifuentes, peor

Cercada por tantos hechos, documentos y testigos, Cifuentes se revuelve sin conseguir sino hundirse más aún con su fantástico máster. Desesperada al no poder rebatir esas abrumadoras pruebas, denuncia ahora que han sido aportadas por un adversario político, como si eso pudiera quitarles lo que tienen o no de verdad. Y ella misma confirma la invalidez de su argumento porque, en vez de exigir que se examinen ya y de todas maneras dichas pruebas, procura dilatar lo más posible el examen de las mismas. Le ha salido el tiro por la culata.

Verónica Castro MulderMálaga