El valor de los ‘like’

Siempre me ha gustado escribir, así que me animé a abrir una cuenta de Instagram y compartir pequeños textos, acompañados de fotos de mi familia. Expresaban mis sentimientos ante las cosas que me han ido ocurriendo en los últimos años: el fallecimiento de mis padres, mi matrimonio, mi maternidad... Muchas personas comenzaron a sentirse identificadas y, con ello, a crecer los seguidores y las oportunidades de conocer gente extraordinaria.

En febrero decidí participar en el sorteo de un vestido de la Boutique del BB del que, casualidades de la vida o no tanto, resulté ganadora. Un mes después cerré mi cuenta, habiéndoles facilitado previamente mis datos de contacto y asegurándome éstos que no había problema.

Abril: se niegan a enviarme el vestido porque el objetivo del concurso era ganar seguidores y ya no lo soy. (¿Qué hubiese pasado si me enviasen el vestido y luego dejase de seguirles? ¿Tendría que devolverlo?). Además, habían pensado en mí para subir una foto con mi bebé, etiquetándolos y, sin cuenta, no voy a hacerlo.

Vivimos en un mundo en que la palabra e incluso las bases reglamentarias de un concurso no valen nada. Aprendan a medir en likes, señores, porque yo he pasado de valer 3.500 a cero, igual que mis seguidores.

Macarena Castro PérezMálaga