La ruptura de Trump del acuerdo nuclear con Irán ha desencadenado un terremoto mundial de consecuencias inciertas. Inmediatamente, Israel ha aprovechado para bombardear posiciones iraníes en Siria; la tensión ha vuelto al Oriente Próximo. La pregunta si la UE estará dispuesta a dejar de secundar al amigo americano. La declaración conjunta de los líderes europeos se resume en el compromiso de mantener el cumplimiento del pacto de 2015. Pero algunos analistas quieren saber hasta qué punto se atreverán a enfrentarse al inquilino de la Casa Blanca, que juega con fuego para buscar su supervivencia en el voto republicano más radical. No se han dado en la historia demasiadas circunstancias en las que el presidente de la democracia más poderosa del planeta jugase de forma tan arriesgada con los intereses del mundo en beneficio propio. Pero tampoco ha habido muchos presidentes como Donald Trump en Washington. Jamás los aliados europeos rompieron de la manera colectiva en que lo han hecho con Estados Unidos en un problema de esta magnitud en materia de seguridad. Aunque sí, en cambio, se produjeron distanciamientos particulares entre las potencias. Por ejemplo, 1956, la Administración Eisenhower se resistió a apoyar la toma militar anglofrancesa del Canal de Suez. Francia y Alemania se negaron, en 2003, a unirse a la coalición encabezada por Estados Unidos para la invasión de Iraq. Ahora hay un nuevo eclipse que afecta a Marte y a Venus en su concepción de las relaciones internacionales. ¿Hasta cuándo? Probablemente hasta que la economía de las empresas y las sanciones lo desaconsejen.