Fue uno de los primeros ideólogos del nazismo. Ya anunciaba en sus años jóvenes un futuro prometedor, con el potencial de convertirse un día en un temible ángel exterminador. Un ángel caído, para su desgracia y la nuestra, en el mal absoluto. Había nacido aquel apóstol del fascismo en 1893 en Tallin, la actual capital de Estonia, en el seno de una próspera familia de origen alemán.

Estonia era entonces parte del Imperio Ruso. Los alemanes bálticos tenían allí unos poderosos intereses económicos. Su influencia cultural era total. Lo prueba el librito que me regalaron recientemente mis buenos amigos de la Escuela de Hostelería de Kehtna. Conservaré cuidadosamente ese modesto volumen, publicado en Tallin en 1911. Y no solo por ser probablemente Wiinaladu la primera traducción al estonio de una obra literaria española: La bodega, una novela de Vicente Blasco Ibáñez, consagrada al mundo de los campesinos gaditanos en tiempos muy duros. El texto de Wiinaladu, en estonio, idioma hasta entonces considerado culturalmente inferior, en un entorno dominado por el ruso y el alemán, está impreso en recios caracteres tipográficos del más puro gótico alemán.

El NSDAP primigenio, el partido de los nazis alemanes, tuvo en el joven Rosenberg un ardiente militante a partir de la primera hornada de fanáticos que se alistaron en sus filas. Con un tóxico y al final letal bagaje de rencores y odios racistas. Su obra más importante - El mito del siglo XX - está trufada de expresiones que algunas veces nos podrían recordar a recientes manifestaciones del señor Quim Torra, actual presidente ´custodio´ de la infausta Generalitat catalana.

Regresando al Obergruppenführer Alfred Rosenberg... En 1934 Hitler le nombró responsable máximo de la educación y la cultura en el Tercer Reich. Y ya comenzada la guerra, en los comienzos de la invasión de la Unión Soviética, le hizo ministro del Reich para los Territorios del Este. Con un protagonismo muy importante en las políticas nazis de exterminio racial. Las que llevarían, entre otros horrores, al Holocausto.

Acusado de crímenes contra la humanidad, en octubre de 1946 Alfred Rosenberg fue condenado y sentenciado a muerte por el Tribunal Internacional de Nüremberg.