Queda un año para los comicios municipales, 12 meses, 365 días para la jornada clave de la ciudad. Serán el 26 de mayo de 2019. Un ejercicio entero parece mucho tiempo, con sus estaciones y todo, sus fríos y sus bochornos, la playa, los espetos, otra Semana Santa y una Semana Blanca y la Feria y otro Carnaval; parece demasiado, pero no lo es. Pasará enseguida, como casi todo en la vida. Y habrá que votar. De momento, hay formaciones que ya han hecho sus deberes: el PSOE ha elegido a su portavoz municipal, Daniel Pérez, candidato a la alcaldía. No tuvo oposición en las primarias y parece que se ha atrevido a replantear el tema de la Torre del Puerto, prometer que él soterrará las vías del tren al recinto portuario y que se cargará las plusvalías por herencia. Ahora trabaja en un programa más social y pretende implementar un plan de empleo de tres millones de euros, parecido al que se ha ejecutado en Sevilla. Es el primer candidato que une a los socialistas tras de sí desde hace décadas y además quiere ser alcalde, lo que no ha ocurrido con todos. En la orilla de la izquierda a la izquierda del PSOE, Podemos e Izquierda Unida ya han terminado de cortejarse e irán juntas (con Equo) a la cita con las urnas. Creen poder sacar entre seis y ocho concejales, de forma que si Pérez suma uno más, podría haber un vuelco histórico tras más de dos décadas de gobierno del PP. Entre los populares, la elección está clara: Paco de la Torre. La última encuesta le da un concejal menos, pero en la izquierda se lee así ese universo: si en su propia encuesta cae uno, ¿cuánto lo hará en una independiente? De cualquier forma, De la Torre es un candidato a tener muy en cuenta. Ciudadanos va a crecer y mucho. Eso lo tienen claro. Mínimo doblarán concejales, de tres a seis, pero alguna encuesta anterior les ha dado hasta ocho, una opción que le daría la llave del gobierno en la ciudad. Hay quien se pregunta si Cassá pedirá la alcaldía de ser masivamente votado. ¿Y a quién apoyará, a PSOE o a PP? El acercamiento con los socialistas también es evidente y si en Andalucía, tras las autonómicas que se sitúan, según los rumores, en otoño, el idilio continúa con sus más y sus menos, puede que en el Ayuntamiento se repita un acuerdo similar a menor escala. Esta es la situación de los grupos municipales a la espera de saber si Málaga Ahora decide ir por libre o se suma a una gran confluencia de izquierdas. Habrá que ver qué ocurre. Lo cierto es que uno de los técnicos municipales mantiene que Málaga no será ajena al tsunami nacional, es decir, a la tendencia ideológica de apoyo a según qué formaciones: Ciudadanos va a crecer, el PP podría bajar por el desgaste propio del ejercicio del Gobierno y, cómo no, por el rosario de casos de corrupción que estallan día sí y día no y afectan a sus políticos. Podemos es una incógnita y el PSOE ahí va, ahí viene. Cuando concluya el verano, no lo duden, comenzará una precampaña de meses que ya se adivina en la visita compulsiva a obras de toda índole y naturaleza de los concejales del equipo de gobierno. Los partidos engrasan su maquinaria.