Atribuyo la autoría de la etiqueta #AlEsteQueLeDen en redes sociales a Enrique González de Gor, que levantó esa bandera hace años para denunciar el abandono que la zona Este de Málaga sufría por parte del equipo de gobierno municipal. Igual es una autoría apócrifa, pero no ha pasado desapercibida: comentarios y fotografías se han sumado desde hace tiempo señalando el desinterés del PP por esta zona, que, como a otras - La Victoria sin ir más lejos - han considerado sus graneros de votos. Como ocurre en la vida real, la lealtad o la paciencia no son habitualmente recompensadas, más al contrario, al que menos patalea se le va dejando en el rincón, con sus aceras mugrientas, sus gatitos muertos en los alcorques, los parques infantiles por venir y los problemas de tráfico o comunicación camino de convertirse en algo histórico y, por ello, digno de mantenerse.

No sé si ha sido por aparecer la primera pancarta física en el Cerrado de Calderón, porque PP y PSOE han empezado a hacer conteo fino de intención de voto por zonas o porque ya empiezan a asomar naranjas que sí han tenido riego y cuidado antes de que se montaran expediciones de salvación, que, de repente, la zona Este ha tomado protagonismo.

Tanta desatención durante tanto tiempo en tantas zonas difícilmente se va a salvar a paletadas de promesas electorales de último minuto, con limpiezas de visita de suegra o con peonadas de cargos públicos, a destajo en el apretón de manos y en el «Llámame que mañana mismo lo vemos».

Ahora que estamos en época de exámenes, habría que recordar eso que decimos los padres: que hay que hacer las tareas todos los días, y que los esfuerzos de última hora solo sirven para llegar al examen por vía de promesas electorales y que son lo primero que se olvidan.