Si hace tres temporadas me hubiesen dicho que a mi edad aún tenía tanto fútbol que aprender, me hubiese costado creerlo. Pero si me dicen que quien me lo va a enseñar eres tú, entonces no me cabe la menor duda.

«Ayúdame y te habré ayudado» es un trozo de la canción «Pero a tu lado» de Los Secretos, aquella que no falta en ninguna Playlist que se ponga en el vestuario o incluso en los altavoces a la hora de salir a calentar y a pesar que la canción no sería la más motivadora, el mensaje es claro. Tú me ayudas y vas de frente conmigo, yo igual.

Después de cuatro años jugando en Estados Unidos, sentía que, tras mi regreso a la liga española, cada movimiento iba a estar observado con lupa. Mi buen rendimiento en Champions League con el Rayo Vallecano, me llevó a fichar por la que es considerada como mejor liga de fútbol femenino del mundo, y mi vuelta a casa era una incertidumbre. Sacaste lo mejor de mí, consiguiendo en dos equipos distintos ponerme en lo más alto de la tabla goleadora, una con el Levante UD y la otra este año que recién terminó con el Málaga CF .

Te conocía por los partidos que me había tocado enfrentarme a ti y sabía por experiencia, lo que es sufrirte en contra. El «tiki taka» para otros, lo tuyo era ser efectivo. Habrá quien esté a favor y quien esté en contra, pero 14 años en Primera no está al alcance de cualquiera dejando cada vez el pabellón más alto.

De esas personas que van de frente, que si te tienen que decir algo no van por detrás. De esas que me gustan a mí, que te dicen las cosas como son y es ahí donde comienza la verdadera amistad, cuando puedes hablar con alguien tranquilamente y mirándolo a los ojos. Y quien me diga que no existe la amistad verdadera, que me llame, que yo se lo cuento. De momento, yo voy a muerte contigo.

Bajaste al barro para subir de nuevo a la máxima categoría, para volver donde perteneces. Y es que SOMOS DE PRIMERA. Después de un año complicado teniendo que formar un equipo con la mitad de la plantilla nueva, el reto era emocionante. El sueño empezó un dos de agosto y se hizo realidad el 27 de mayo.

Ha sido un año mágico. Será imposible recordar cada detalle, pero la mayoría de ellos permanecerán siempre en el álbum de recuerdos deportivos. Aquellos que, aunque pasen los años, permanecerán en la memoria y contaré con una sonrisa. Aquellos de lo que presumiré por haberlos vivido y de los que me sentiré orgullosa por haber tenido de nuevo la valentía de tomar la decisión de embarcarme en una nueva aventura lejos de casa, dejando familia y amigos a ciento de kilómetros.

Y lo mejor de todo, es que lo haré con la seguridad de saber que he sido inmensamente feliz y que ha valido la pena.