Dentro de la 72 horas previstas para mostrar un mínimo de firmeza en el conflicto, el equipo de Sánchez anuncia que de momento mantendrá la intervención de las cuentas de la Generalitat. Algo obvio: lo único que faltaba es que el Estado relajara controles mientras la Generalitat (Elsa Artadi) anuncia que aprovechará las debilidades del Estado. Sánchez y el PSOE se la juegan literalmente en este envite. Sin duda se debe iniciar un sutil cortejo con los secesionistas, moverse unos centímetros y aguardar a que el de enfrente se mueva otros, soltar algún mensaje conciliador o unas risas, sugerir luego caminos posibles por los que transitar cada parte hacia un punto de encuentro, etcétera, todo bajo la tutela de interlocutores subterráneos; pero sin soltar un solo resorte de control o de poder, porque como siempre lo que importa es saber quién manda, y el astuto Ulyses sigue rumbo a Itaca.