Se detiene el tiempo. Pasan pensamientos por tu cabeza. Miras al escenario y escuchas un punteo de una guitarra. Sientes como la percusión va invadiendo cada poro de tu piel. Una voz se alza sobre otra, la profundidad de unas cuerdas vocales resalta. Un forillo te va antecediendo al argumento. Miradas al infinito. Regusto. Afinación y tonalidades, partitura social, crítica. Afición, gritos y ánimos. Polémicas y decepciones. Falsos mitos. Las quinielas. La canalla de la prensa. La amistad junto a la puñalada. El premio, el cajonazo. Lágrimas y risas. Eso, queridos lectores, es una comparsa.

La penúltima sesión fue bastante entretenida. Cuando los pocos valientes que hemos disfrutado de todas las agrupaciones que han pasado por el Alameda veíamos el cartel de la noche, no esperábamos el resultado de la misma. En los asientos de la prensa, se barruntaba una clasificatoria marcada por el nivel de las comparsas, pero en este mundillo del carnaval las sorpresas son constantes.

La modalidad de cuarteto está empeñada en que el viernes de la semana que viene nos vayamos a dormir comprando churros. Calculo perfectamente unas 13 agrupaciones. El cuarteto del Lama, Boquerones a la Romana, rozó la perfección al estilo de cuarteto puro. Rimado con claves. Una sala capitolina con dos centuriones guasones que daban pie a chistes geniales. Dos figurantes que sin hacer nada conseguían la risa del respetable. Crítica y repertorio malagueño. El popurrí de la sevillana eterna. Para que me entienda, su arte consiste es ese tipo de humor que solo usted comprende y consigue que se ría en la complicidad del chiste entendido. Llevo dando pierrot dorado a todos los cuartetos que actúan. Bendita locura.

La murga Aliquindoi mejoraba de una forma notable. Con un humor sanísimo y muy malaguita. Se presentaban una serie de plantas del parque de Málaga con muchísimo desparpajo. Muy buen popurrí y sobre todo un humor con muchísimas referencias a la ciudad que sin ser unas cuartetas rompedoras, consigue verte reflejado al conocer el universo por donde se mueve el autor. Enhorabuena, de corazón.

Una comparsa rondeña, Al Fuego, venía a demostrar que todo lo que sale de Ronda tiene calidad. Tipo de payaso bombero, con crítica social y bien cantada que abría la noche comparsita. El lunático, con grandes copleros de nuestra fiesta, nos traía un tipo colorido: un loco por Málaga. Es de agradecer la implicación en las letras al cantar los pasodobles a los problemas sociales de nuestra ciudad. Buen popurrí. Da gusto ver a Paco Pastora sobre un escenario.

Dos murgas completaban la noche sin pena ni gloria. Los Homos Erectus de La Cala y La cosa va de cuernos, de Puente Genil. A los nuevos murguistas caleños, me gustaría decirles que no abandonen el carnaval de su provincia, pero por favor, que analicen si lo que trajeron era borde y propio para representarlos. El carnaval es libertad, pero también hay libertades que se confunden con libertinaje.

Oiga señor cronista, se olvida usted de un grupo. No, lo hago a posta. Quiero que La comparsa del Futuro la oiga usted como aficionado, quiero que disfrute de ella y se quite la venda. Quiero que vea cómo ganamos todos. No pienso regalar ninguna palabra vacía a ellos, ni fomentar polémicas, ni discutir sobre el uno y el otro. Cansa la misma cantinela cada año. Solo les voy a pedir que me perdonen por pasarlos a la bambalina del olvido y que me guarden un CD y un libreto cuando acabe el veneno del concurso. ¡Viva Málaga y su carnaval!