En medio de un ambiente festivo aderezado con un inicio de Semana Blanca y un clima benevolente ayer tuvo lugar el Desfile de Carnaval, que congregó a más de quinientos participantes y miles de curiosos que no quisieron perderse la cabalgata.

Las agrupaciones carnavaleras se mezclaban con pasacalles y dioses mitológicos que pusieron colorido al centro de Málaga, que se llenó de confeti, risas y tambores. En el público, familias dispuestas para la ocasión con disfraces historiados y muchas sesiones de peluquería y maquillaje. Niños y adultos, porque ayer nadie quiso dejar de disfrazarse y poner una nota de humor y diversión a los tiempos que corren. Los más recurrentes, los clásicos de Disney como Minnie Mouse y Bella, de la película La Bella y la Bestia. En los niños ganaban enteros Spiderman de pechos inflados y Super Mario Bross.

Los adultos se atrevían un poco más y muchos demostraron tener imaginación y buenas herramientas en casa. Desde un Papa Móvil con guardaespaldas y la curia romana del grupo «Los hombres de Paco» hasta un grupo de chicas disfrazadas de nigerianas con bebés negros a la espalda. Un bebé de un mes y medio disfrazado de pollito ponía la nota más tierna mientras decenas de señoras mayoras vestidas de rockeras verdialeras con converses rojas ponían el contrapunto.

El desfile comenzó a las 17 horas en la Explanada de Santo Domingo y concluyó pasadas las 19.30 en la Plaza de la Merced, donde las agrupaciones que ganaron en la madrugada del sábado en las tablas del Teatro Cervantes hicieron las delicias de los asistentes, que se contaban por cientos en una abarrotada plaza junto al monolito en homenaje a Torrijos, del que dos días antes se disfrazó el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre.

Gana adeptos

Lo cierto es que la fiesta del carnaval va ganando adeptos, pues ayer el clima era de absoluta diversión y todos se dejaban llevar por el ambiente festivo. Y es que a Málaga todo le viene bien. Si el público tiene que estar recogido viendo un trono pasar y decenas de promesas detrás, ahí está guardando respeto. Después llega agosto y con él la Feria. Tampoco nadie se quiere perder la fiesta y con un catavinos como mínimo se atavían para la ocasión. Después Halloween, con cientos de brujas, calabazas y esqueletos con sangre por la calle, con los que da miedo cruzarse.

El caso es que Málaga es cofrade, feriante y, cada vez, más carnavalera.