La crisis, como no podía ser de otra forma, también se dejará notar este año en las fiestas mayores de la capital de la Costa del Sol. Y así llevamos ya unas temporadas. El descenso más significativo ha venido del principal organizador de las fiestas: la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Málaga, que este año ha aportado 382.000 euros, un 15 por ciento menos que el presupuesto destinado para estos festejos en 2011.

Desde hace tres años el Consistorio ha ido reduciendo la cuenta. Si en 2009 la feria le costaba a los malagueños más de cinco millones de euros, ahora baja hasta los dos millones de euros.

Esta caída supone que algunos de los servicios municipales se encarezcan. Es el caso del precio del transporte municipal. Después de cinco años en los que los malagueños disfrutaban de la congelación del billete de autobús de la feria, este año ir al Real con la EMT costará dos euros, 0,50 céntimos más que en 2011. No obstante, la subida es mucho mayor en la tarjeta especial, que este año vale 5 euros más. Ahora habrá que pagar por ella 14,95 euros. Eso sí, con la tarjeta cada viaje sale por menos de euro y medio.

Probablemente esta subida provoque que los malagueños deseen moverse en su utilitario. Además de las habituales plazas de garaje que que se encuentran en el centro de la ciudad, desde el ayuntamiento han habilitado un total de 9.914 plazas de aparcamiento en el Real Cortijo de Torres. Éstas se encuentran distribuidas en varias zonas: en el ala norte del Palacio de Ferias y Congresos de Málaga, en los Prados, la huerta de correos y en Pierrot-Centro Comercial. Aun así, la Casona del Parque confía en que los malagueños aparquen en casa el coche para evitar colapsos, puesto que habrá múltiples cortes de tráfico.

Esa misma confianza es también la que tienen los comerciantes del casco histórico. El anuncio de que la música suene hasta las 19.00 horas responde a la petición de este colectivo que veía como año tras año el público asistía al centro más tarde. Con este cambio horario esperan aumentar sus beneficios. Una forma como otra cualquiera de espantar el fantasma de la crisis y tratar de que la gente olvide, al menos durante unos días, que los bolsillos y los monederos cada vez están más vacíos. Una fiesta como la Feria de Málaga bien merece que, por unas jornadas, nos propongamos como objetivo el divertirnos. No nos vendrá nada mal para cargar pilas cara al duro año que todavía queda por atravesar.