No todo es rosa ni luces de colores en la Feria de noche. La conocida como Zona de la Juventud, un gueto según muchos, ha sido escenario de notables altercados, agresiones y conflictos a lo largo de los años. Este año, el Ayuntamiento dijo «basta» e introdujo importantes cambios para limpiar una imagen denostada por muchos. Así, se estableció una zona comercial de casetas que pueden cobrar entrada y reservarse el derecho de admisión; un espacio que cuenta también con una macrodiscoteca de 1.500 metros cuadrados que aglutina los esfuerzos de tres empresas hosteleras de la ciudad.

¿Hasta qué punto funcionará el cambio? Muchos empresarios de la noche joven del Cortijo están de acuerdo con que era necesario mejorar la imagen de la Juventud, pero, claro, la apuesta es aún «arriesgada». «Muchos aún desconocen la nueva zona de discotecas», argumentan. Y se nota. La afluencia no es todavía la deseable -algo unido al reciente estigma, al pasado conflictivo de la zona-, y eso que el gasto en publicidad y en copas gratis para atraer clientela está siendo importante. Por no hablar de la competencia de los bares y discotecas del Centro: el toque de queda de los locales del Casco Histórico era a las dos de la madrugada el año pasado, pero este año no tienen límite, siguen su horario normal. Por no hablar de la palabra estrella para muchos jóvenes: el botellón.

Diego Fernández, feriante y malagueño de la barriada de El Palo, ve acertado el cambio aunque muchos lo desconocen: «La gente está acostumbrada a que cada año la zona joven esté en la otra entrada de la Feria . Allí está el botellón y todos vamos a esa zona». Hasta en eso pensaron los empresarios de las casetas, que propusieron la creación de un trenecito que llevase a la gente de la zona del botellón a la comercial, pero se les denegó el permiso para tal iniciativa.

Por todo ello, «Muchas peñas no han querido montar este año y no arriesgarse», nos confiesa un empleado de una discoteca. De hecho, la discoteca Andén, que todos los años está en el Real, este año no ha querido montar su tradicional caseta. «Faltan muchas casetas del año pasado», señaló Fernández.

Positivo. Todos están de acuerdo que el cambio es positivo para la feria y su imagen a turistas, visitantes e, incluso, malagueños de siempre, pero la competencia es alta y la oferta comercial entre la antigua y la nueva zona es fuerte, muy fuerte. El botellón está en el mismo lugar, las casetas familiares siguen ofreciendo el mismo material musical y la gente prefiere estar allí que andar «cerca de dos kilómetros» hasta una discoteca. «No todo es tan negro. El sábado hubo muy buen ambiente, pero el domingo noté menos gente en la zona nueva», dijo Fernández, quien confesó que él y sus amigos bajaron a la antigua zona de discotecas y «estaba a tope».

Es una carrera de larga distancia: las empresas tienen un acuerdo firmado por tres años, así que esperan mejorar los ingresos en futuras ferias.

«Macrodiscoteca». No sólo las discotecas más influyentes de la ciudad están juntas en un mismo lugar, sino que varias empresas se unieron para crear una macrodiscoteca de 1.500 metros. Una apuesta arriesgada del Concejal de Cultura, Turismo y Deporte, Damián Caneda, el Ayuntamiento de Málaga y las bares de la ciudad.

Malafama, Kairo y Grupo Moliere se unieron en este proyecto. En cuatro días terminaron el montaje, ya que las reuniones para alcanzar el acuerdo se alargaron hasta pocos días antes de la fiestas. Alejandro Ruiz, gerente de la discoteca Malafama y otras del Centro, indicó que apostaron por el proyecto y gastaron en torno 100.000 euros en el montaje de toda la caseta: material, luces, empleados, bebidas... «Más de mil folletos entregamos la primera noche e invitamos a unas 1.900 copas ese día», indicó Ruiz, consciente de que tenía que «dar a conocer el local».

Puestos de trabajo. Una macrodiscoteca que no sólo trae novedad al recinto ferial, sino puestos de trabajo. Más de 60 personas trabajan cada noche en local, entre camareros, porteros y miembros de la oficina, sin contar con los relaciones públicas. Una apuesta arriesgada que comienza a tener sus frutos. ¿Cuando en la Feria de Málaga ha pinchado un DJ llegado directamente de Ibiza como Javi Reina? Pues la primera noche fue así. «El concejal nos prometió una patrulla en la discoteca, pero no hubo necesidad, no hubo altercados en nuestra primera noche», confesó Ruiz.

Así que ha nacido na nueva zona de ocio y disfrute, que se abre camino en la Feria nocturna de Málaga, empeñada en alejarse de la imagen conflictiva y de peleas que tanto la han lastrado en pos de una marca joven, saludable y de gran ambiente.