La crisis económica y la escasez de precios low cost en algunas casetas provoca que cientos de malagueños se decanten por el botellón en la Feria de noche, la del Cortijo de Torres. «Las casetas no ofertan precios baratos y el botellón nos sirve para conocer gente», indicó José Ruiz, joven estudiante. Él y muchos otros estaban de acuerdo en algo: el ambiente ha cambiado, no es el mismo de otros años... Hay menos gente en el botellón.

María Pérez, joven malagueña de 23 años, visitó anoche el Real de la Feria. Ella y sus amigos no vieron demasiado ambiente y entorno a la una de la madrugada, la afluencia tampoco era mayor. «Mi primera noche, y está paradita. Otros años estaba mejor y conocíamos a más gente».

Pero muchos siguen prefiriendo beber barato en el espacio habilitado por el Ayuntamiento de Málaga y no pagar diez euros por una entrada, siete euros por una copa, tres euros por una cerveza de barril o cuatro euros por un tinto de verano. Los precios low cost no existen.

Perfiles. El botellón no entiende de edades ni perfiles sociales. Estudiantes universitarios, trabajadores, parados, turistas y jóvenes de menos de 20 años, prefieren comprar una botella de ron, vodka o whisky en un supermecado a más de 50 euros en una noche. «La bebida es muy cara y preferimos comprarlo en los supermercados», dijo Estefanía, de 24 años, trabajadora y muy feriante, que visitó anteanoche el Real por primera vez en la temporada. Alejandro Afán, de 20 años, también lo tiene claro: «Para gastarme dinero en una caseta prefiero esto. Además, estoy en paro». Ambos tienen la solución para que la explanada no amanezca cada jornada con botellas, hielos descongelados, vasos y otros utensilios seguirán siendo los protagonistas: que las casetas y los bares bajen los precios.

Un grupo de amigos del barrio de La Luz quieren que quede una cosa clara; nada de criminalizar el botellón. «No somos jóvenes sin futuro ni nada de eso. Simplemente queremos la bebida más barata». Así de rotundos, así de claros. Pero, para bastantes, lo de menos es el alcohol: muchos acuden al botellón para charlar con los amigos y conocer gente. Y eso no es tan fácil en las casetas, donde todo es, digamos, un tanto más formal.

Lo cierto es que algunos sí lo hacen. Muchas peñas sí gestionan sus ofertas al público y para el público: litros de tinto de verano o cervezas a tres euros o botellas de Cartojal a cinco euros, que puede encontrarlas a diez euros en otras peñas cercanas. Busque, compare y si no encuentra algo mejor... botellón.

Centro. Eso sí, todos los consultados por este periódico estaban sorprendidos de que la explanada habilitada para el botellón ya no era no el no parar de otras ediciones de la Feria de Málaga. La Feria del Centro tiene culpa que muchos feriantes no visiten el Real. Los precios son más económicos y desde este año no hay límites horarios €más que los habituales del resto del año€ para el cierre de los establecimientos. Incluso algunos comercios del Casco Histórico bajan sus precios para fomentar el consumo. ¿Resultado? Más personas se decantan por el Centro de madrugada y no culminan la noche en el Real. Aunque tampoco el Centro es lo que era.