Tras el desengaño de la afición por la fugaz «aventura» de Chopera en La Malagueta, la plaza cuenta con un nuevo gestor. Aquí nos avanza la filosofía con que ya rige el coso y sus proyectos a corto y medio plazo

Hasta ahora estaba considerado un número uno en la gestión de plazas con abonos cortos. ¿Por qué hacer ahora un cambio en el proyecto empresarial para licitar por La Malagueta?

Sobre todo porque sabíamos que es una de las plazas más importantes de España. En anteriores licitaciones estudiamos los pliegos, que eran poco realistas y difíciles de cumplir, como se ha demostrado. Ahora vimos el pliego, y lo consideramos realizable y sensato. Marca las coordenadas de lo que nosotros creemos que es el futuro de la Fiesta: una reducción de espectáculos buscando la calidad y la defensa de los aficionados con la disminución del precio de las localidades. También valoramos la gestión de la Diputación en promoción cultural y de la Escuela Taurina, y todas esas circunstancias se pusieron a nuestro favor para presentarnos.

La primera experiencia con la Corrida Picassiana, sin embargo, no fue muy positiva por una serie de circunstancias adversas, fundamentalmente las meteorológicas.

Realizamos unas gran inversión en todo para crear un gran acontecimiento, pero creemos fundamentalmente en esta plaza. Preparamos todo con gran ilusión, y aunque la gente no respondió como hubiéramos deseado, nos tomamos esa corrida como un escaparate de nuestro proyecto. También fue un ejercicio de responsabilidad, porque si no nos presentamos quizá no habría habido toros en Málaga en Semana Santa.

¿Cree que con la reducción de festejos aplicada este año se ha alcanzado el equilibrio necesario para hacer rentable el negocio?

El tiempo nos lo dirá, pero creo que es una feria lógica y razonable. No defendemos al aficionado ofreciendo un abono desmesurado, sino realizando una oferta acorde con las circunstancias económicas que estamos viviendo. En este sentido, para una semana de toros en Málaga considero que ahora mismo es un número ideal de espectáculo para que haya un abono al alcance de todo el mundo.

El otro punto destacado del nuevo pliego de condiciones de la plaza es que el canon a pagar a la propiedad sea un porcentaje de la taquilla. ¿Cómo ve la fórmula?

Parece lógico: se paga un 4 por ciento de todos los espectáculos que se realicen, taurinos o no taurinos, y pagaremos más cuanta más gente acceda a la plaza. Es algo muy novedoso, pero creo que el futuro pasa por ahí. No es razonable que algunas instituciones cobren cánones desmesurados. A nadie le interesa que la plaza sea una ruina para la empresa, porque eso va a repercutir en su categoría y consolidación.

Pese a que se presentaba con una empresa unipersonal, Coso de Badajoz, llega acompañado de dos empresarios, Simón Casas y Federico Beltrán. ¿Cómo se fragua esta sociedad?

En primer lugar entre Simón Casas, que es una persona con la que me unen muchas cosas; coincidimos en muchos planteamientos cara al futuro de la fiesta. Tenemos ganas de hacer las cosas bien, y en Málaga iniciamos un camino que nos debe llevar unidos a otras plazas. Él tiene el 30 por ciento, pero participa en todas las decisiones que se adoptan. En lo que se refiere a Federico Beltrán, queríamos a alguien muy ligado a la sociedad malagueña, y creo que no podríamos encontrar a una persona mejor que él. Todos estamos aportando toda nuestra ilusión para que todo salga bien.

Las malas lenguas dicen que son una empresa al servicio de las figuras. ¿Son conscientes de que el toro se va a mirar con lupa?

Somos una empresa al servicio del aficionado, y el aficionado quiere ver a las figuras, que son los verdaderos protagonistas del espectáculo. No obstante, somos conscientes de que estamos en una plaza de primera, y en consecuencia vienen corridas muy bien presentadas. Hemos escogido las mejores ganaderías, y lo que hace falta es que embistan para propiciar el triunfo de los toreros.

Lo que no se ha entendido realmente es que haya corridas en las que no se lidien hierros completos.

Ahí tiene mucho que ver que nos dieron la plaza en el mes de junio, y en dos meses hemos tenido que hacer dos ferias: la que teníamos montada con José Tomás y la que finalmente se ha anunciado. Habría sido fácil traer corridas completas, pero hemos optado junto a los toreros por esta fórmula para intentar facilitar el éxito, ya que son toros muy escogidos por su procedencia.

"Jamás hemos utilizado el nombre de José Tomás"

A día de hoy, una plaza con Cutiño y Casas como empresario tiene todas las papeletas de poder contar con José Tomás.

Jamás hemos utilizado su nombre, ni el torero lo permitiría. Es cierto que ambos tenemos una gran relación y sintonía con él, y en el caso de Málaga aún más, no por mérito nuestro, sino por lo que La Malagueta significa para José Tomás. Por eso este año tan complicado, el proyecto giraba alrededor suya en la Feria. Lo teníamos todo muy avanzado, avanzadísimo, como nunca, y éramos conscientes de la ilusión nuestra, de los aficionados y del matador. Las circunstancias de su lesión no lo han hecho posible, y solo nos queda la ilusión de que en los años próximos pueda estar presente y hacer cosas importantes.

Aún hay quien no se cree que José Tomás pudiera haber hecho dos paseíllos en la Feria de Málaga…

Sí. Pero ahí te da la medida de lo que José Tomás es como torero, dentro y fuera de la plaza. En un momento tan delicado como el que estamos viviendo, su presencia aquí dos tardes habría sido un espaldarazo a una forma de entender el toreo por nuestra parte como empresario, y también de la Diputación como modelo de gestión de una plaza de titularidad pública. Habría sido una feria histórica.

En poco tiempo hubo que recomponerlo todo.

Lo pasamos mal, porque estábamos obligados y lo volveríamos a hacer a apurar las posibilidades de que pudiera venir. Cuando nos confirmó que no era posible ya estaban publicados carteles de ferias importantes como Almería y sobre todo Bilbao, aunque afortunadamente hemos contado con la colaboración de los toreros.