Aún resonaban por las calles de Málaga algunos ecos de la Feria. La fiesta contemporánea se apagaba y el siglo XV resurgía en mitad de las calles de Málaga. El pasado martes era festivo, al ser el día de la toma de Málaga por los Reyes Católicos, pero se conmemoró ayer. El que viera la tarde del domingo a algunas personas vestidas de época podría pensar en que se trataba de unos ingeniosos vestimentas de los feriantes más guasones, pero nada más lejos de la realidad. La Cabalgata Histórica llegaba a su tercera edición, organizada por la Asociación Cultural Zegrí.

Lo importante del día era la celebración, con una pomposidad radiante, la toma de la ciudad del 19 de agosto, con entrega de llaves incluida. Alguno seguro que dejó escapar una lágrima ante la escena. En la zona del Palacio de la Aduana se representó la bajada de un ejército de musulmanes, portando todo tipo de alhajas desde La Alcazaba con las llaves y otros enseres; era la guardia de Ali Dordux, que se dirigía al encuentro de Isabel I y Fernando, los triunfadores.

Más de 50 personas viajaron al pasado durante unas horas para enfundarse trajes de la época. Cristianos, musulmanes y judíos -siempre de manera simulada las tres religiones- convivieron durante las pocas horas que duró la representación. No faltó ni un mínimo detalle, ni personaje: Cardenales, obispos, reyes, damas, capitanes, tropas musulmanas y así hasta completar todo el elenco de protagonistas de la historia que no hubieran dibujado mucho mejor novelistas históricos tipo Ken Follet. Algunos de los visitantes llegó a tener en algún momento la impresión de estar viendo un mercado medieval en movimiento. Esta impresión cambiaba cuando se les presentaba ante sus ojos los mismísimos Reyes Católicos. A temblar se echaron muchos cuando un ejército se les acercaba por uno de los flancos de Calle Larios, sobre todo al ver por allí a Francisco de la Torre y Teresa Porras. Tranquilidad, sólo era simulado. La toma de la ciudad ocurrió hace siglos y no hay visos de otra reconquista. Por ahora.

Se vivieron momentos muy emocionantes con el alzado de la bandera castellana en una de las torres de La Alcazaba. La gente aplaudía enfervorecida, como si la reconquista se estuviera produciendo de verdad. Vítores y flashes acompañaron a los nuevos señores de la ciudad, con posado incluido en los alrededores de la Catedral -paradójico al no estar construida en el momento de la toma de Málaga-. Siguió por las calles de Málaga esta muestra de la historia de la ciudad que muy pocos conocen, la historia y la cabalgata. Al finalizar, los Reyes Católicos tomaron por fin La Alcazaba después de la dura lucha. Hasta el año que viene.