Ayer, el cielo pareció aliarse con los hermanos moraos de Alhaurín de la Torre para lucir despejado durante todo el día, permitiendo así a sus devotos prepararse para vivir por la noche uno de los días más esperados del año.

El fervor popular y sentimiento cofrade se hacía ya sentir por la tarde en cada rincón del municipio en las horas previas. Especialmente en la plaza de la Concepción, donde muchos alhaurinos aguardaban con impaciencia ver aparecer a Nuestro Padre Jesús Nazareno del Paso y María Santísima de los Dolores, los sagrados titulares de la Real Hermandad a la que dan nombre, conocida como los Moraos.

Con bastante retraso y desafiando al gélido viento, en torno a las 20.30 horas efectuaba su salida de la iglesia parroquial Nuestro Padre Jesús Nazareno, al toque de la marcha A ti, interpretada por la banda de cornetas y tambores de su hermandad, en medio de un estallido de aplausos y gritos de «Viva». Instantes después, lo haría su Madre al son del Himno Nacional, interpretada por la banda de música municipal, entre la emoción de todo el gentío allí congregado.

La banda de cornetas y tambores de los Moraos de Alhaurín el Grande encabezaba el cortejo procesional de Jesús, quien anoche también estuvo acompañado por la Agrupación Musical Cristo de la Expiración, de La Rambla de Córdoba. Por su parte, la Virgen, cuyo trono lucía nuevas zonas bordadas en el palio, estaba precedida por la banda de Nuestro Padre Jesús y la banda de cornetas y tambores del Maestro Valero, de Aguilar de la Frontera (Córdoba).

En su paso por la calle Málaga, se vivió uno de los momentos más emotivos de la noche, cuando, desde uno de sus numerosos balcones, el cantaor local Francisco Torres El Zocato dedicó a ambas imágenes una desgarradora saeta que arrancó los vítores y palmas del público presente.

Desde allí, el cortejo bordeó la plaza de San Sebastián, donde los alhaurinos se agolpaban en masa, para dirigirse hacia calle Álamos, donde los portadores de los tronos aprovecharon para hacer una parada en el camino.

Ante las previsiones que auguraban lluvia a partir de la medianoche, la procesión se vio obligada a aligerar el paso. Sin embargo, lo peor estaba por llegar.

Se aguó la «Bendición». En torno a las 23.00 horas, la lluvia finalmente irrumpió, llevando a la procesión a acortar el recorrido. Una circunstancia que impidió a los alhaurinos disfrutar de la tradicional «Bendición» en la plaza de San Sebastián como marca la tradición, para hacerlo de manera apresurada en la plaza de la iglesia parroquial, donde Nuestro Padre Jesús y María Santísima de los Dolores pudieron llevar a cabo su tradicional encuentro momentos antes de su encierro.