¿Es siempre el traslado de la Buena Muerte igual? ¿Cambia de un año a otro? Sí, siempre es igual y no, no cambia nunca. Cualquiera que haya ido un par de veces podría recitarlo de memoria. Pero en realidad da igual. Las miles de personas que acuden cada año no buscan la novedad o la sorpresa. Quieren ver el traslado del crucificado de la Congregación de Mena y la Legión, en una comunión que nos hace imposible concebirlos por separado.

La llegada de la Legión se realiza entre una expectación máxima. La compañía de honores y las bandas del Tercio Juan de Austria, III de la Legión, es recibida entre aplausos mientras camina a paso legionario. Con marcialidad y orden van formando en un lateral de la plaza, frente a la iglesia de Santo Domingo. Tras pedir permiso a la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, que presidió el acto, se procedió a la entrega del estandarte del Cristo de la Buena Muerte al atercio Alejandro Farnesio, IV de la Legión, para su custodia durante este año.

El traslado comenzó con la canción del 'Novio de la Muerte', canción icónica de la Legión con la que se recibió al crucificado, que salió a hombros de una escuadra de gastadores. "Soy un hombre a quien la suerte hirió con zarpa de fiera..." entonaba la compañía en el momento en que elevaban a pulso al crucificado. Aplausos, pero leves porque el momento requería silencio para no perder detalle.

El toque de oración y el Cristo de la Buena Muerte es presentado mientras los guiones de las distintas unidades de la Legión se postran para rendirle honores. El traslado llega a su fin con la marcha 'Cristo de la Legión', que interpreta la banda del Tercio Juan de Austria, mientras la imagen es llevada al trono y elevada mediante un sistema de poleas.

El traslado termina ahí, pero todavía queda un momento de exaltación legionaria. Los integrantes de la compañía de honores entonaron el Hinno de la Legión y el credo legionario. Colofón final que abrió un momento de ovación y vivas a la Legión y a España mientras los soldados se retiran desfilando a paso legionario. Hasta el año próximo, para repetir el mismo acto, pero que no por eso pierde interés ni público.