El filo de la madrugada del Jueves Santo marca un antes y un después en la Semana Santa malagueña. Un espectáculo para los sentidos cuando el Nazareno del Paso y la Virgen de la Esperanza se hacen a la calle desde su casa hermandad de Hilera. Poco antes de la medianoche, concretamente a las 23 horas, la hermandad comenzó su estación de penitencia desde el corazón del Perchel, como antes hicieron Zamarrilla y Misericordia.

La gran novedad del pasado año se mantuvo también en éste. Ya no existe el famoso camión de romero que, antes del paso de la procesión por todo el recorrido, repartía la hierba aromática para que los malagueños la recogieran bendecida una vez que el trono de la Virgen pasase por encima de él. De nuevo, fueron los acólitos, que procesionan al inicio del cortejo y delante de las hachetas, los que lo distribuyeron. En total, se repartieron a lo largo de la madrugada unos 4.000 kilos de romero.

Lo que sí era nuevo en esta ocasión fue la túnica del Nazareno del Paso, que se hizo a la calle al borde de las once y diez de la noche a los sones del Himno Nacional. Diseñada por Eloy Téllez, consejero de la archicofradía, y ejecutada en los talleres del bordador Salvador Oliver, la túnica está realizada en terciopelo morado y oro.

Pero no fue lo único que estrenó el Señor en esta salida procesional. El Cuerpo de Intendencia del Ejército le regaló la marcha ´Los Intendentes al Nazareno´, compuesta por el compositor Abel Moreno, con motivo del 75 aniversario del hermanamiento con la archicofradía. La Banda de Música Santa Cecilia, de Sorbas (Almería), la interpretó en su salida y continuaron con 'Virgen del Valle'.

Uno de los momentos de gran intensidad en el recorrido de esta archicofradía tiene lugar con la lectura del soneto al Nazareno del Paso. Este año fue el periodista Matías Prats el encargado de recitarlo en la Tribuna Oficial y en la Tribuna de los Pobres antes de que el Señor impartiese la bendición a Málaga.

Mención especial merecen los exornos florales de ambos tronos: la Virgen llevaba las azucenas que luce habitualmente, así como jacintos, rosas, narcisos, solidagos y romero, mientras que el Señor, con la cruz de madera y carey, fue sobre un monte de diferentes variedades de flor morada: mini cala, jacinto, iris, tulipán y orquídea, con diferentes verdes como mini yedra y musgo.

Una vez más, la Reina del Perchel fue acompañada por la Banda de Música de la Esperanza, de forma que la marcha más repetida fue la más querida por los hermanos de la cofradía: la de la Coronación de la Esperanza.