La hermandad de la Santa Cruz tiene en sus estatutos el fin de procesionar en Sábado Santo, algo que, de momento, no es posible. Pese al carácter recogido y austero de esta cofradía, procesiona en la tarde del Jueves Santo, la jornada más grande, llena de contrapuntos y luces. Ellos representan el silencio y la contención, otro sello muy necesario en nuestra Semana Santa.

A las tres en punto de la tarde se abrieron las puertas de San Felipe Neri. Mucha gente para ver el momento. Una cruz guía desnuda, acompañada por timbales roncos, empezaba a abrirse camino y luego, decenas de nazarenos de riguroso negro se ordenaban en la calle. El sello no podía ser más sobrio. Detrás, el trono de la Virgen de los Dolores en su Amparo y Misericordia, magníficamente exornado, con la elegancia que requiere un cortejo de esta naturaleza. La dolorosa llegó a la puerta de San Felipe con 'Santa Cruz', interpretada por la Unión Musical Maestro Eloy Gacía. Para salir y en los primeros tramos del recorrido, 'Mektub'.

La maniobra de salida siempre es difícil en San Felipe. Los hombres de los varales exteriores hubieron de salirse del trono para poder salvar la puerta; sólo se escuchaba la voz de los capataces y el mayordomo, y su pericia lo logró. Acto seguido, la hermandad subió por Guerrero y Dos Aceras, para llegar después a Arco de la Cabeza y buscar el recorrido oficial. Preciosa la curva entre Guerrero y Dos Aceras con 'Siervo de tus dolores'. Se trata, sin duda, de una cruceta muy cuidada y casi fúnebre.

La hermandad estrena un puñal de plata de ley bañado en oro con perlas y amatistas moradas, diseñado y ejecutado por Alejandro Borrero, y que ha sido donado por un hermano de cofradía de San Felipe.