El Ejido ha vuelto a convertirse en la tarde del Lunes Santo en el epicentro de la Semana Santa de Málaga 2017. Miles de personas se han dado cita pasadas las tres de la tarde para ver salir a la hermandad de Jesús de la Crucifixión y la Virgen del Mayor Dolor en su Soledad de su casa hermandad de la calle Diego de Siloé. Una vez más, el sello de rigor de esta hermandad se impuso en la calle. La cabeza de procesión, sin banda de cornetas y tambores, ha abierto camino por el sinuoso inicio de salida: Los Negros, Cruz Verde, Frailes y Peña. Es en la curva que une estas dos calles donde el cortejo ha adquirido mayor empaque, por la presencia de mucho público que esperaba también ver a pasar a Gitanos, que ha salido poco después.

El Señor de la Crucifixión, exornado con mucho gusto con lirios y claveles rojos, ha bajado calle Los Negros con una mecida dulce, aunque poco después de salir la Banda de Música del Amarrado de Ávila ha interpretado Bendición, una marcha ideal para anunciar a Málaga la eclosión vespertina del Lunes Santo. En calle Los Negros, el Señor ha sido mecido con mucho gusto, y a paso corto, con Cristo Viejo. "Siempre de frente, recortamos el paso, señores, poco a poco", ha dicho el capataz de cola a sus hombres a medidas que trazaban la curva de Los Negros a la Cruz Verde.

Este año, el gran estreno de la cofradía es la restauración del propio crucificado, esculpido por Juan Manuel Bonilla Conejo. El propio imaginero es el que ha restaurado la policromía del Señor de la Crucifixión, al que se le ha integrado una nueva corona de espinas y se le han repuesto las potencias. El resultado no ha podido ser mejor.

A poca distancia, la Virgen del Mayor Dolor en su Soledad, que este año llevaba un magnífico exorno floral compuesto por orquídeas, rosas, minicalas y rosas de pitiminí. Un gusto de diez. La dolorosa, tras escuchar cómo se ha interpretado el Himno Nacional tras hacerse a la calle desde su casa hermandad, se ha mecido dulcemente con En tu soledad, a las puertas de su sede. La mecida era tan leve que se ha hecho un imponente silencio mientras los hombres de trono se recreaban en su movimiento sacro. La curva hacia calle Los Negros desde Diego de Siloé la ha dado la dolorosa con Aurora, una curva trazada con magisterio cofrade. Luego, para entrar ya en la Cruz Verde, la Banda de Música de la Paz ha interpretado la Coronación de Marvizón.

Al llegar a la curva de Frailes y calle Peña, miles de personas han esperado a la imagen mariana, que ha dado una curva que sólo puede calificarse como magnífica con los sones de Cristo del Amor. La maniobra, tan compleja por la estrechez de la entrada a Peña, ha arrancado muchos aplausos del público y alguna que otra lágrima. La Virgen del Mayor Dolor en su Soledad ha estrenado, además, este año un pecherín, que le ha regalado un capataz durante el triduo. La Semana Santa malagueña ha iniciado muy bien su Lunes Santo.