El Cristo atado a la Columna brilló anoche a su paso por el barrio alto de Marbella, un Lunes Santo donde la Hermandad del Santo Cristo de la Vera Cruz, Santo Cristo atado a la Columna y María Santísima Virgen Blanca protagonizó un desfile procesional cargado de emoción, que este año estaba marcado por varias novedades, como la nueva cruz guía o el rostrillo de la Virgen, según destacó el hermano mayor de la cofradía, Alberto Mendoza.

El cortejo salió de su templo pasadas las 20.30 horas protagonizando uno de los momentos más especiales tras sortear la estrechez de la puerta de la ermita del Santo Cristo, donde los tronos de los sagrados titulares fueron mecidos a su salida a la plaza y recibidos con saetas a su paso por la anexa calle Ancha. Justo en este punto tuvo lugar un pequeño accidente que hizo abandonar el trono del Cristo a uno de los hombres de trono, con una bolsa de hielo en la cabeza.

A la luz de los cirios, la procesión del Lunes Santo recorrió las zonas más emblemáticas del centro histórico de Marbella, como el entorno del Castillo o el barrio de Leganitos, pasando por la plaza Puente de Ronda y las calles Remedios o Virgen de los Dolores hasta llegar a la plaza de la Iglesia de la Encarnación, donde tuvo lugar la Estación de Penitencia.

Un cortejo de tambores abría el paso al Cristo atado a la Columna, que procesionó con claveles rojos y morados por el barrio Alto, portado a hombros por 42 hombres de trono. La figura, de Juan Carlos García, data de 1998, y el trono de 1905 de estilo barroco, color dorado y tallado en madera, fue acompañado por 190 nazarenos envueltos en túnicas verdes, capirotes y cíngulos blancos y 14 mujeres de mantilla. La imagen recorrió las calles al compás de la Agrupación Musical de La Pollinica de Marbella, que interpretó marchas propias o de autor a lo largo de todo el recorrido, como Tus azotes son mi dolor, de Julián González o Caridad en tu mirada, de Alberto Sánchez Soto, entre otras.

Detrás, túnicas blancas y capirotes verdes acompañaron a María Santísima Virgen Blanca, una imagen de la escuela antequerana del siglo XVIII que paseó por el casco antiguo en un trono engalanado con rosas blancas y rosas del autor Juan Carlos García, portada por 42 hombres de trono, acompañados por 200 nazarenos y 18 mantillas, al compás de la Banda de Música de Alhaurín de la Torre «Los Moraos». La Virgen lució un manto blanco bordado en oro y un nuevo rostrillo, que ha sido donado este año por unas hermanas de la cofradía. Además, estrenó un broche con el nombre de Blanca que iluminó su pecho.

El desfile procesional continuó la subida de la plaza de la Iglesia al barrio alto trasladando a los sagrados titulares por las calles Arte, Portada y Lobatas, mostrando los hombres de trono destreza al cruzar las estrechas esquinas con Atarazana, pasando por Postigo y Salvador Rueda para descender por San Francisco, atravesar el barrio viejo y retomar en Aduar hacia el punto de salida.

Como novedades, la cofradía presentó una nueva cruz guía, en madera y con orfebrería de plata realizada en los talleres de Juan Carlos García, estrenó ocho dalmáticas, cuatro verdes y cuatro blancas, y dos incensarios.

Este Lunes Santo se estrenó también «el estandarte del Cristo de la Vera Cruz, Cristo que el año que viene saldrá en procesión si Dios quiere», señaló el hermano mayor.