El cierre del Martes Santo se ha convertido en un clásico con las hermandades vecinas y amigas del Rescate y la Sentencia. Ambas pujantes, renovadas y descaradas en sus planteamientos, quitándose la capa de polvo y apolillamiento que tenían sobre sus hombros. La sucesión de hermanos mayores con una nueva visión ha permitido su renovación, que sigue adelante en una consolidación de su carácter. Por eso, disfrutar de su procesión juntas es un regalo para toda Málaga.

Rescate | Luz en la calle Agua

El buen tiempo acompañó a un Martes Santo que brilló especialmente en la calle Agua. La salida de la Virgen de Gracia iluminó la calle con el dorado del trono y el bordado del palio y el manto. La transformación de esta imagen en los últimos quince años ha sido sobresaliente. Málaga ha podido redescubrir una devoción con una enorme personalidad que se ha hecho un hueco mayor en el Martes Santo.

No le va a la zaga el conjunto de la procesión, que siempre se ha dejado notar por unos nazarenos con túnicas llamativas, fácilmente identificativas y que han servido como una llamada de atención al público por la inminente llegada de los tronos. Ahora esa llamada ha dejado de tener sentido, porque no hay público a quien llamar la atención. Al revés, es el público el que ahora va buscando a la cofradía del Rescate. Y así lo pueden atestiguar una calle Agua abarrotada, como las acercas de la calle Victoria.

La Agrupación Musical San Lorenzo Mártir ha imprimido un nuevo estilo al trono, con un ritmo algo más rápido, pero también con más matices en el paso. De hecho, el tramo del recorrido que pasa frente a la casa hermandad de El Rico, con la marcha La clámide púrpura, fue un ejemplo de esto. El paso se llegó a acompasar con el ritmo de la música, pero manteniendo siempre la sobriedad de la procesión.

La Virgen de Gracia estuvo acompañada por la Banda de Música de Armilla (Granada), que ofreció un repertorio musical de mucha calidad, con Virgen del Amor Doloroso para salir o Virgen de Gracia en la calle Victoria. Sin olvidar marchas ya clásicas como Caridad del Guadalquivir, la Esperanza de Triana o Encarnación Coronada, que está siendo muy escuchada este año en las procesiones de Málaga.

El presidente de la Diputación, Elías Bendodo, fue el encargado de llevar el trono de la Virgen de Gracia durante la bajada por la calle Victoria, donde se amontonaba mucho público, en especial vecinos del barrio. Bajar por la calle era saludar uno tras otro a los vecinos con los que uno se cruza diariamente, lo que dice mucho de la implantación social de la hermandad. Lo de «victoriana» no es sólo un apellido, sino una realidad evidente. La capilla de la calle Agua ha hecho mucho por acercar y normalizar esta devoción entre el pueblo.

Sentencia | Ganas de procesión

El hermanamiento de Sentencia con el Colegio de Ingenieros Industriales daba paso a la salida de Nuestro Padre Jesús de la Sentencia y María Santísima del Rosario en sus Misterios Dolorosos. Con la candelería completamente encendida, para alumbrar el Martes Santo, y un crespón negro en señal de luto por las víctimas de los atentados de ayer en Bruselas, el Señor Condenado a muerte por Pilatos emprendió su estación de penitencia. Las dimensiones de su trono hicieron necesarias varias maniobras en Frailes, que hicieron aún más bella si cabe la salida.

Justo antes de que la Dolorosa de manto y palio azul asomase la solemnidad de su paso a las calles del Centro, la Banda de Música El Arrabal de Carmona hacía sonar María Santísima del Rosario. Manuel Villada, hermano y pregonero de Sentencia, tenía el privilegio de dar los primeros toques de campana. Salía entonces el majestuoso trono plateado y el silencio era sustituido por largos aplausos.

La Virgen del Rosario lucía anoche un elegante exorno floral rosa y blanco compuesto por orquídeas, anthurium, ranunculus, flor de cera, brunias y rosas. También estaba rigurosamente cuidado el adorno del grupo escultórico de José Martín Simón con jacintos, rosas, ranunculus, allium o alelíes.

El cortejo se dirigía con buen ritmo hacia la plaza de la Merced, mientras Encarnación Coronada era cantada por la Banda de Música Municipal de Torredonjimeno. Tan solo unos metros antes desfilaba en procesión del Rescate.

Ya en la Merced, filas de capirotes celestes y cíngulos amarillos precedían el trono de la Dolorosa del siglo XIX y sonaba Nazareno de la Sentencia. Habían pasado las ocho y media de la tarde y la Merced abarrotada tenía ganas de Semana Santa.

En ese momento, los hombres de trono levantaban el paso imponente que portaba a Jesús, Poncio Pilatos, su sirviente, un escriba y dos soldados para dar un giro perfecto a la derecha y acercarse a calle Álamos.

Llevaban pocos minutos de itinerario y algunos ya soñaban con la petalada que les aguardaba en calle Casapalma.