La coronación canónica de la Virgen del Rocío fue una apoteosis popular. Miles de personas se volcaron en el recorrido con esta imagen, que ayer vivió una experiencia similar en su procesión del Martes Santo. Los grupos de «cangrejos» revoloteaban alrededor del trono durante todo el recorrido. En los puntos más atractivos de su recorrido -Tribuna de los Pobres y la calle Echegaray- contaban con público cogiendo sitio desde primera hora que querían ver a la Virgen del Rocío. El reencuentro con esta imagen es siempre un momento de íntima alegría. Puede que no se sepa por qué ocurre, pero es capaz de levantar a toda una tribuna sólo con su paso de mecida.

El Nazareno de los Pasos en el Monte Calvario es su contrapunto estético, con su buscada elegancia y contención. El cuidado monte de rosas rojas destacaba entre el brillo del dorado del trono, mientras su túnica burdeos y su tez morena aportan una faceta más seria, acorde con una advocación nazarena.

La salida desde el interior de la casa hermandad se hizo puntual, con la cruz guía plantada en la calle a las tres de la tarde. Le esperaban el Altozano y la Cruz Verde, que reviven un poquito durante estas fechas.

La cofradía destacó por varios detalles diferentes a otros Martes Santo. El primero fue que se ataron a los dos arcos de campana un crespón negro y la bandera de Bélgica, en recuerdo de las víctimas del atentado ocurrido ayer por la mañana y solidarizándose con un hermano de la cofradía que es belga.

Otro detalle lo lució la Virgen durante la procesión y consiste en un fajín donado por el teniente general Antonio de la Corte García, que es del IV Militar del Rey. Además, en el pecho, llevaba la Medalla de la Ciudad, entregada el pasado Lunes Santo a la cofradía por el alcalde de Málaga, y que el hermano mayor, Juan José Lupiáñez, prendió en el pecho de la Virgen, como lo hizo del Nazareno con la insignia de solapa.

Otro detalle fue que la Virgen del Rocío llevaba por primera vez el clavel regalado por los pregoneros de la Semana Santa con motivo de su coronación canónica.

Precisamente la Virgen del Rocío ya cuenta con su propio halo de coronación, que volvió a salir en procesión y de nuevo atado con hilo de pescar. La rotura que sufrió el halo el pasado 12 de septiembre no ha podido arreglarse, ya que es necesario hacerlo nuevamente para unir las piezas. Mientras, los hermanos de la cofradía buscaron la alternativa de atarlo con un sedal.

La llegada a la Tribuna de los Pobres se hizo en medio de una gran expectación. Una saeta organizada por la Federación de Peñas y la marcha Encarnación Coronada, cantada por los presentes y hombres de trono, precedieron a la fusión entre el pueblo y la Virgen.