En el Perchel se respiran incienso, claveles y pulsos. La hermandad de la Estrella es auténtica, tanto como sus Titulares, con una idiosincrasia particular y con una estética que poco ha variado con los años, si bien lo que ha cambiado es para mejor. Como ejemplo, la candelería, estrenada el año pasado tras sustituir al obsoleto y sinsentido tren de velas.

La talla del Señor, que este año cumple 75 años, volvía a recordar que la soledad del Titular en el trono le da más sobriedad. En su antiguo monumento, que ayer estrenó las cabezas de varal, el Nazareno humillado salió de su casa hermandad con el 'Himno Nacional' y, tras este, 'Rocío'. Un poco más adelante, con la solemnidad propia de la imagen, la Banda de Fusionadas interpretó 'La Milagrosa' emocionando a los presentes.

Más atrás, en la casa hermandad marinera, se adelantaba el trono de la Estrella. Los primeros toques de campana los dio la viuda de Francisco Hijano, mayordomo de la Virgen fallecido el año pasado. La mujer se fundió en un abrazo con los capataces al término de la marcha 'Estrella del Perchel', tocada por Expiración que, casi al instante, enlazó con Caridad del Guadalquivir.

Una vez llegaron a la explanada, quisieron saludar a su hermandad de parroquia, Mena. Allí, con la puerta abierta y la Dolorosa de la Soledad sobre el trono, los portadores hicieron el primer pulso de los muchos que les quedaban para el resto de la noche. La Virgen de la Estrella se meció elegantemente con 'Aquella Virgen'. La de la Estrella.