La estampa de las estrecheces se refleja cada Martes Santo al paso de la cofradía de las Penas. La plazuela del mismo nombre se fue quedando pequeña a medida que pasaban las cinco de la tarde. El público vio recompensada esa espera cuando la cofradía se hizo a la calle sonando de fondo 'Cristo de la Agonía' por la Banda de Cornetas y Tambores de la Esperanza.

Precedido por cientos de nazarenos, el Cristo de la Agonía salió sobre un monte de claveles rojos con el público sumido en un profundo silencio. Sólo se escuchó 'Ora Pro Nobis', interpretada de nuevo por la banda de la Esperanza. Ya fuera, el trono del Señor giró hacia Pozos Dulces con 'Tus Lágrimas'.

Tras él, una decena de nazarenos realizaban su estación de penitencia con cruces sobre los hombros. Agonía llevaban encima. Como la del Cristo. Llamaba la atención los primeros nazarenos de vela. Demasiado pequeños para ir ya con capirote. O igual no. Porque demostraron que su comportamiento era tan recto como el del resto de nazarenos.

La Virgen de las Penas también salió salvando la ajustada puerta del oratorio. Los hombres de trono cuadraron el trono en la puerta. Mecían. Un toque de campana. Uno solo. El trono se paró por un momento hasta que sonó el Himno Nacional por la Banda de la Asociación Musical Utrerana. Atravesaron la puerta.

Martes Santo | Penas

Martes Santo | Penas

Ya en Pozos Dulces, el palio parecía rozar los balcones de la calle pero no lo hacía. El público asomado en ellos incluso acercaba la mano. Querían tocar aunque fuera una barra del palio de la Virgen de las Penas, pero las perfectas maniobras del trono sumadas a las órdenes de capataces hicieron que el trono avanzase sin problema.

Comenzaba así una tarde en la que lucir su manto de flores, protagonizado este año por Santa María de la Victoria con motivo de la doble efeméride que se celebra, el 75 aniversario de su coronacion canónica y el 150 aniversario del nombramiento como patrona.