La calle Victoria se empieza a llenar el Martes Santo desde las cinco de la tarde. Las aceras llenas de vecinos. La 'seño' del colegio, el vecino al que le das los "buenos días" todas las mañanas, la dueña de la tienda de zapatos, los padres de la amiga de tus hijas, el camarero de bar donde tomas el café por la mañana e, incluso, la familia china que regenta un pequeño negocio en medio de la calle. La salida del Rescate es todo un acontecimiento. La calle Victoria se convierte en un lugar de encuentro, de saludos, de preguntar por los niños, la salud o el trabajo. Familias enteras, desde bebés hasta abuelas, enfermos y sanos, coinciden en la calle para ver ese rara vez (una vez al año) en que sus vecinos de la capilla de la calle Agua salen de su barrio. Por una vez, son los malagueños los que ven pasar a Jesús del Rescate y a la Virgen de Gracia, que suelen estar en su capilla recibiendo el saludo o la oración apresurada de sus vecinos.

La capilla de la calle Agua es, de hecho, algo más que el espacio que ocupa. Es también una extensión de la casa hermandad de la cofradía. Donde se toca el Himno Nacional cuando sale el trono del Señor del Rescate, porque es donde los hermanos de esta cofradía consideran que empieza realmente su procesión.

Cuando se habla del Rescate es fácil caer en el tópico de los colores de sus túnicas, que no por repetir todos los años dejan de impresionar en la calle. Sin embargo, el Rescate es mucho más que eso. La transformación de esta cofradía ha sido brutal en los últimos 20 años. Su estética se ha anclado en el gótico, en especial en la Virgen de Gracia. Es un estilo artístico poco habitual en las cofradías andaluzas, pero que se ha convertido en santo y seña del Rescate.

El brillo del trono, la talla gótica que aspira a elevarse al cielo y el bordado -una obra de arte- del palio de la Virgen de Gracia, con su correspondiente réplica en los estandartes de la sección del Señor y de la Virgen, forman un conjunto armonioso y personalísimo de gran belleza. El bordador y vestidor Joaquín Salcedo ha sido uno de los impulsores de este cambio estético,

La Agrupacion Musical San Lorenzo Mártir, acompañó al trono del Señor, interpretó la marcha 'Noli me tangere' para la salida desde la calle Agua a la cae Victoria. Poco después le tocó el turno a la Virgen de Gracia, que se hizo a la calle Victoria con los sones de 'Virgen de Gracia' interpretada por la Banda de Música de Zamarrilla. Esa curva se hizo de un tirón, desde la mitad de la calle Agua hasta bien avanzada la calle Victoria. La maniobra se hizo de un tirón, lo que duró la marcha. Un poco más abajo, cuando pasaron frente a la casa hermandad de El Rico, la banda empezó con la marcha 'Jerusalén' que tiene un tono narrativo, casi de banda sonora, dándole empaque a un momento en el que predominó el paso corto, la mecida, la delicadeza en llevar los miles de quilos de ese trono.

Y ahí, los vecinos ilustres de la calle Victoria dejaron su barrio para entrar en el Centro. El público en la calle Victoria se dispersó, sabiendo que mañana por la mañana, cuando vayan a comprar el pan, al supermercado o a dar un paseo volverán a pasar por la capilla de la calle Agua y a saludar a Jesús del Rescate y la Virgen de Gracia. Sus vecinos.