Aromas a incienso y romero empiezan a hacerse reconocibles. Acordes de trompetas y tambores martillean sus sensibles oídos. La luz de las velas no las aprecia todavía, es su primera Semana Santa. Apretones, abrazos y caricias le hacen sentir que algo importante debe estar pasando. El buen gusto le hará experimentar a sus sentidos lo que pasa a su alrededor. Todo desde una tribuna inalcanzable hoy pero donde nos han mecido al son de la vida.