Cerré los ojos una noche y al despertarme allí estaba, delante mía, miles de personas, detrás, "La Manquita", y sobre todos ellos, mi Cristo, ese al que tantas noches en la soledad recé porque me ayudara a salir de ese mundo en donde, un día me adentré. Era joven y necesitaba dinero para poder alimentar a mi familia, por ello cometí un par de delitos de los cuales me arrepiento. Tras años de litigios, la sentencia fue clara, debía ir a la cárcel durante un par de años, cuando me quedaban pocos meses por terminar de cumplir la condena, recibí la grata noticia de que era el elegido para la liberación de este año. Por fin estaré en casa, por fin con mi familia…y todo gracias a él de nuevo, ese que supe que nunca me abandonó, mi Cristo al que todos los años acompañaré, si Dios quiere.