A las 12.30 horas no quedaba ya ninguna paloma en la capilla de la plaza San Francisco. Julián Cruz, como cada Miércoles Santo desde hace 30 años, comenzó desde primera hora de la mañana a repartir entre los malagueños que se acercaban al templo, las más de 800 aves que serán liberadas esta noche al paso de la Virgen de los ojos verdes.

Justo después de que finalizara la misa preparatoria, se podían ver por Carretería numerosos niños que acompañados de sus padres, acababan de recoger las cajas en las que llevaban las palomas para ser soltadas durante la procesión.

La agrupación ha reservado 150 de ellas para que sean liberadas cuando el trono de la Dolorosa se coloque a la altura de la Tribuna Principal y, otras dos para el Ayuntamiento, que junto a la cofradía, pretende homenajear con este gesto a las víctimas de los atentados de ayer en Bruselas. Así, el alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre, bajará en ese momento a pie de trono para realizar la suelta junto al capataz.

Además, los tronos de los titulares de la Paloma llevarán un crespón negro sobre la campana en señal de duelo y apoyo a Bruselas, y por la muerte de tres hermanos de la cofradía, entre ellos el antiguo hermano mayor, el pasado año.

La tradición de liberar palomas, alegoría al Espíritu Santo, es una de las señas de esta hermandad que hoy realiza su estación de penitencia a partir de las 19.00 horas.Todas tienen que ser blancas pero "cada vez hay menos y las dificultades de la cofradía para conseguirlo hace que algunas, las menos, sean distintas", explica Cruz. Será su último año porque el próximo cederá el cargo a Andrés Portillo, que actualmente es miembro de la Junta de gobierno de la hermandad.