Es el amor por el detalle el que distingue a las grandes cofradías y Expiración lo es, no sólo en patrimonio sino también en el cuidad que pone en que su procesión luzca en la calle como debe. Nada falta. Nada sobra. El resto, el valor añadido, lo ponen los miles de personas que pasadas las once y media de la noche del Miércoles Santo convergieron en la plaza Enrique Navarro para contemplar el inicio procesional de esta corporación nazarena, todo silencio, seriedad y rigor. Las luces del enclave apagadas, como debe ser.

Abriendo el cortejo, batidores de clarines y la sección a caballo del Instituto Armado, vinculado esta cofradía gracias a la advocación cristífera. No hay un solo cuartel en España que no tenga una foto el Cristo de la Expiración. Tras ellos, la Banda de Cornetas y Tambores del Colegio de Guardias Jóvenes Duque de Ahumada de Valdemoro.

El Cristo, con un cuidadísimo exorno a base de buganvillas, se hizo a las calles malagueñas con 'Mater mea', que sonó como nunca aunque sea lo de siempre, la tradición de cada medianoche de Miércoles Santo. Fue la Banda de Música de la Expiración la que ejecutó la pieza. Al final, hubo aplausos, pero imperó el silencio en la mecida dulce y medida. Por primera vez, acompañó al Señor la Banda de Música de la Vera Cruz de Almogía, que una vez que el cortejo se dirigía a la Alameda interpretó 'Nazareno de la Salutación' y 'Cristo del Amor'. Silencio al paso de Jesús al expirar en el inmortal crucificado de Benlliure, una figura humanizada pero eterna para sus fieles. En la Tribuna Oficial, las marchas preparadas eran el Himno de la Guardia Civil y 'Mater Mea'.

Magnífico también el exorno floral de la Virgen de los Dolores Coronada, con claveles rosas en las ánforas que la flanquean y rosas rosas en las del frontal. La Banda de Música de la cofradía, un referente en la Semana Santa malagueña ya tras en torno a un cuarto de siglo de historia, interpretó la marcha de coronación dedicada a la dolorosa. Aunque la imagen se hizo a la calle con el Himno Nacional y se engarzó 'Dolores Coronada'. Silencio con el Cristo, susurros de oración con ella.

Este año no hay estrenos, pero la madrugada malagueña es testigo, desde hace décadas, de que la elegancia está en la filigrana, en el detalle, en un suspiro. Eso ocurre con esta hermandad y así lo premia Málaga.

Al inicio de la procesión asistieron el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, y el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre.