Tras lo ocurrido el pasado año, cuando El Rico no pudo liberar en tiempo y forma a un preso, este año la cofradía sí pudo cumplir con su tradición, que se celebra de manera ininterrumpida desde 1759 incluso plantando cara a la lluvia.

Para ser testigo de ello, miles de personas abarrotaban los alrededores de la casa hermandad para ver los primeros pasos del Señor de El Rico y la Virgen del Amor. Un momento que, muy a su pesar, tuvo que perderse Alicia Chavet. Su nueva vida en Barcelona le impidió a esta nazarena del Señor estar físicamente en la calle Victoria como cada Miércoles Santo. Pero sí que estuvo virtualmente. Su padre mantenía una videollamada con ella para que no perdiera detalle de lo que allí ocurría. Evidentemente, no era lo mismo que estar allí pero había que conformarse.

Momento especial, sin duda, como el que se vivío instantes antes de salir el Cristo y mientras el cortejo avanzaba hacia la calle Alcazabilla. Francisco Javier Jurado 'Coco', hermano de la cofradía y pregonero de la pasada Semana Santa, recibió por parte de la hermandad una reproducción en miniatura de un martillo de madera como muestra de agradecimiento por sus muchos años como mayordomo de trono, cargo que este año 'Coco' cambió por el de campanillero.

El Nazareno, acompañado por la banda Maestro Eloy García, recogió numerosos aplausos del público cuando salió a las 19.10 horas, mientras portadores y capataces gritaban "Viva El Rico, arriba El Rico". Pisando una alfombra de romero, el Señor avanzó, a medio paso, mientras sonaba 'Nuestro Padre Jesús', arrancando finalmente a paso largo y decidido. Por su parte, la Virgen del Amor salió media hora después con el Himno Nacional y la marcha 'Virgen de la Palma', interpretada por la Banda de Nuestra Señora de la Soledad de Mena. Ya en Alcazabilla, tocaron 'Virgen y Madre del Amor' y 'Virgen de las Aguas'.

La Cofradía de Estudiantes salío a saludar a El Rico y abrió las puertas de su casa hermandad, lo que permitió contemplar a la imagen del Coronado de Espinas. El Señor se introdujo en Cister con la marcha 'Estrella del Perchel'.

Una vez pasaron este emblemático enclave, la hermandad se dirigió hacia el tradicional acto de la plaza del Obispo donde se libera al preso. El reo era J. M. G. R., malagueño de 33 años condenado a una pena de tres años por tráfico de drogas y de la que le quedaban por cumplir dos años. Casado y con tres hijos, su liberación supuso cumplir una vez más con el privilegio concedido por Carlos III hace más de 250 años de liberar a un reo en Semana Santa.