­Hizo mucho calor. Qué distinto del Sábado de Pasión del año pasado, cuando la lluvia echó por tierra tantas ilusiones. El buen tiempo acompañó a cuatro procesiones de barrio y siete traslados, que llenaron las calles de público. De fondo, los nervios y responsabilidad vivida en Humildad y Paciencia ante la posible agrupación, lo que les llevaría a entrar en el recorrido oficial en 2015.

Humildad y PacienciaUna salida histórica

La salida de Humildad y Paciencia fue histórica por un motivo: es la última vez que procesiona como cofradía no agrupada, lo que corroboró la simbólica visita al cortejo del presidente de la Agrupación, Eduardo Pastor, quien tal vez tomó nota de todos los detalles. Entre los estrenos: una reducción de sus varales y el cajillo de la Virgen de los Dolores y Esperanza.

La casa hermandad estaba rodeada de fieles a las cuatro de la tarde, cuando se abrieron las puertas y los hábitos carmelitas se derramaban por la plaza de la Virgen de los Dolores y Esperanza y Reboul. El Señor de Humildad y Paciencia se hizo a la calle con el Himno Nacional, y la primera curva la dio con Amor de Madre. Impresionante la banda de cornetas y tambores de la Esperanza.

Detrás, le tocó el turno a la Virgen, que embocó la puerta de salida con Macarena en una preciosa maniobra al toque de campana y voz de capataz y mayordomo. Dio la curva, muy bien trabajada, con la marcha dedicada a ella, interpretada por la banda de música de la Esperanza. En La Unión, donde el cortejo gana empaque, muchos balcones lucían reposteros o colchas, y la Virgen escuchó una preciosa saeta de una vecina, rematada una petalada. Luego, Coronación de la Esperanza, que sigue sonando como si fuera nueva pese a tener ya 22 años. Por cierto, la Señora llevaba seis ánforas de Nueva Esperanza y parte de la candelería de la hermandad del Rocío de Málaga -la de Almonte-.

DesamparadosSolemnidad deslucida

La Virgen de los Desamparados se hizo ayer a la calle para preludiar un Domingo de Ramos, de nuevo, con una cruceta muy solemne, propia del Viernes Santo, y con el recuerdo de la convulsión interna que supuso la salida de la anterior junta. El trono, este año sin palio, salió con Esperanza de Triana y, ya en el parque de los Corazones, en Antonio de Bobadilla, sonó Palio Blanco, una marcha muy acorde, interpretada por la magnífica banda de música de las Flores, con el espartano negro de las túnicas, atravesadas por un cíngulo rojo, de la agrupación parroquial, que, sin embargo, y pese al recogimiento que se le supone, llevaba varias mantillas.

La Virgen iba sobre el trono de traslado de la Estrella. La seriedad y la introspección eran las notas predominantes en la calurosa tarde de los Corazones. También ha menguado el número de nazarenos, desde los alrededor de ochenta a sólo cuarenta.

Llagas y ColumnaDevoción en Miraflores

Miraflores tiene un Cristo atado a una columna que recibe las muestras de fervor de los vecinos de la zona. Sale en procesión el Sábado de Pasión, aunque hubo años que lo hizo el Jueves Santo. Consolidada en las vísperas, tras algunos altibajos, la asociación del Señor de Llagas volvió a ponerse en marcha desde un tinglao en la plaza de los Ángeles. Precedido de un cortejo de nazarenos morados tocados de capirote blanco, el Cristo iba en un pequeño trono con cuatro faroles en las esquinas, sobre risco de corcho y un elegante exorno floral compuesto por rosas rojas y lirios morados. El acompañamiento musical corrió a cargo de la agrupación San Lorenzo Mártir, de Viñeros.

San AndrésCon la mirada en el Obispado

San Andrés adelantó su salida. Pero tenía motivos sobrados para ello: iniciaba su procesión desde su nueva casa hermandad, en la plaza de las Tres Cruces. Ha sido un año provechoso para esta asociación, por fin grupo parroquial, que tiene su mirada puesta en el Obispado, donde se encuentra su proyecto de estatutos para ser aprobado. También tiene otro ojo en Torre del Mar, donde tiene el taller Valerio Téllez, discípulo de Miñarro, a quien la prohermandad ha encargado su futuro titular: el Cristo de la Luz. Mientras llega ese momento, un nuevo Sábado de Pasión, la comitiva marinera se echó a andar a los sones de Caridad del Guadalquivir. La Virgen del Mar estrenaba este año el frontal de su trono. Tras su manto celeste, rematado por una característica red propia de los pescadores, fue la banda de música del Nazareno de Almogía. Al Señor de los Niños, portado por mujeres y con los clásicos claveles tico-tico, le seguía la Pepa de Alhaurín.

TrasladosCon la mirada en Semana Santa

A las once de la mañana comenzaba una misa en el interior de la Divina Pastora, previa al traslado de las imágenes del Dulce Nombre. Cuando concluyó la eucaristía, casi a las 12.00 horas, y con la plaza de Capuchinos con numeroso público, la mayoría hermanos de la corporación, salían los titulares para ingresar en los jardines de la plaza y situarse frente al monumento de Fray Leopoldo. Un traslado brevísimo, sin música, pero muy acompañado.

La Virgen de la Caridad salió a las 18.30 horas desde el interior de la basílica de la Victoria. El buen tiempo hizo lucir la bella estampa de la titular de la cofradía del Amor, que transitó hacia su casa hermandad acompañada de la capilla musical de la corporación y con un sencillo vestido de hebrea que resaltaba su rostro.

La Sentencia inició su traslado en una abarrotada calle Granada, que esperaba a ver al Señor, que iba vestido con la túnica bordada por Juan Rosén, y a la Virgen del Rosario. La Asociación Musical Resurrección de Sierra de Yeguas acompañó al trono de traslado, precedido por un cortejo con velas.

La calle Mármoles se volvió a llenar para recibir al Cristo de los Milagros y la Virgen Zamarrilla, populares como pocos. El Cristo, a hombros por los hermanos, iba precedido por la banda de cornetas y tambores del Cautivo y un cortejo de velas. La Virgen de Zamarrilla lucía en su trono de traslado, adornado con rosas y calas de color claro y con la música de la banda de la cofradía. Al llegar a la casa hermandad del Santo Traslado, la Virgen recibió una petalada mientras la banda interpretaba Santo Traslado, de Miguel Pérez.

El traslado de la Misericordia, quizás porque es el más tradicional de la jornada, concita a numeroso público en los aledaños de la iglesia del Carmen. A las 21.00 horas comenzaba la procesión. Un nutrido grupo de hermanos con velas precedían al Señor, en su espectacular peana de carrete que le sirve de andas, portada por soldados de Aviación, cuerpo militar vinculado a esta cofradía del Jueves Santo. Tras el Cristo, la banda de cornetas y tambores de Bomberos, con su inconfundible estampa. Detrás, la Virgen del Gran Poder en su trono de traslado con rosas, gerberas y liliums orientales, de color rosa intenso, y que combinaba con la saya burdeos de la Virgen y el manto negro bordado en plata. Tras la imagen, la banda del Rincón de la Victoria, que antes del encierro, interpretó Virgen del Gran Poder.

Vía CrucisA la tercera

La Congregación de Mena pudo realizar ayer el vía crucis con el Cristo de la Buena Muerte por las calles del Perchel, además de una estación frente a las Hermanitas de la Cruz. Los dos intentos anteriores fueron frustrados por la lluvia. Mucho público siguió al vía crucis, con el único acompañamiento musical de unos tambores y el rezo callado de las escenas de la Pasión de Jesús. Los gastadores legionarios escoltaban el Cristo, que era portado por congregantes, en lo que era el último acto de la entidad antes de entregarle la custodia de la imagen al Tercio «Gran Capitán», de Melilla.

Tras el vía crucis, le tocó el turno a la Virgen de la Soledad, que hizo un sencillo traslado desde Santo Domingo a su trono procesional, por el camino más corto y acompañada por la Coral Nuevo Amanecer.