Será el primer paso pero, sin duda, la pieza más importante del oratorio, donde se custodiará la eucaristía. La hermandad de las Penas bendice hoy el nuevo sagrario del altar mayor, dando así por iniciado el gran proyecto del retablo del templo. Se trata de una obra realizada en madera de cedro por el tallista Manuel Toledano, autor también del diseño del futuro retablo, y que aún no tiene fecha de realización.

El hermano mayor de la corporación del Martes Santo, Francisco Calderón, explicó que el tarbernáculo es un estudio arquitectónico idealizado de lo que sería el templo de Salomón, «pero barroquizado». Destaca la presencia, precisamente, de columnas salomónicas y también tiene elementos renacentistas, propios de las edificaciones italiana del siglo XVII. Es de planta circular.

El programa iconográfico se basa en el Antiguo Testamento. En el ático del sagrario se ubican, de momento dos imágenes en miniatura, de bulto redondo, realizadas por el malagueño José María Ruiz Montes, de Moisés y Elías. Faltarían otras dos, según señaló el hermano mayor, y que corresponderán al sacrificio de Isaac y a Melquisedec (o Cristo Sacerdote), «ambas escenas son una premonición o prefiguración de la eucaristía», dijo Calderón.

El sagrario ha sido realizado gracias a la donación de un hermano de la cofradía. Será bendecido durante la eucaristía del segundo día del quinario, que tendrá lugar hoy en el oratorio de la hermandad, en la plaza Virgen de las Penas. La misa de hoy se celebrará siguiendo la forma extraordinaria, a partir de las 20.30 horas.

Procesión. Del mismo modo, la cofradía prepara el estreno de tres pequeños relicarios que se dispondrán en el frontal del trono de la Virgen en la salida penitencial del próximo Martes Santo, y que están siendo realizados en el taller de orfebrería del cordobés Manuel Varela.

El hermano mayor de las Penas confía en que dé tiempo de poder finalizar estas obras, que contendrán vestigios de Santa Ángela de la Cruz, del beato Marcelo Spínola y Maestre y una pequeña piedra de la Casa de la Virgen, en Éfeso, donde la tradición dice que se retiró junto a San Juan, vivió sus últimos años de vida y se produjo su Tránsito al Cielo.