Un coronado de espinas mira con una expresión en la que se mezcla el sufrimiento, la resignación y cierto punto de dulzura en unos ojos castigados por el dolor de la Pasión. Es lo primero que se encuentra un visitante en el bar Puerta Oscura, que ha inaugurado una muestra del joven imaginero sevillano Fernando Aguado, discípulo de Juan Manuel Miñarro y que ha llevado cuatro piezas que se muestran bajo el epígrafe Christus durante los meses de marzo y abril.

Miguel Ángel Blanco, propietario de Puerta Oscura, explica que Aguado es uno de los jóvenes valores de la imaginería andaluza y uno de los puntales de la escuela sevillana, junto a Darío Fernández.

La muestra, que ofrece este establecimiento de la calle Molina Lario, está compuesta por cuatro piezas. Destaca la imagen del Cristo Coronado de Espinas elaborada en barro y que ocupa un lugar central. Esta pieza ha sido realizada expresamente por Aguado para presidir la muestra, está tallada de medio cuerpo y terminada de montar para la exposición por Miguel Ángel Blanco y Rafael de las Peñas.

Otra de las grandes obras que presenta es un estudio en barro de un busto para una Virgen de la Esperanza que Fernando Aguado realizó para una cofradía de Monovar (Alicante).

La muestra se completa con dos cabezas en barro que fueron modelos de trabajos de este imaginero. Uno es para una imagen de un Descendimiento destinado a Hellín (Albacete). El otro busto es de un Cristo para un Santo Traslado que Fernando Aguado ha realizado para una cofradía de Cabra (Córdoba). Como nota anecdótica, Aguado realizó esta imagen acompañada en el misterio por dos varones, cuyos rostros están inspirados en Miñarro y Julio Marvizón.

Naturalismo. Miguel Ángel Blanco destaca su «estilo naturalista, alejado de la tendencia hiperrealista» que se cultiva ahora en la imaginería andaluza. Señala que «entronca con el Barroco en su clasicismo, que aporta mucha serenidad a sus imágenes», alejado de la escuela que potencia la expresividad.

El propietario de Puerta Oscura advierte de que Aguado, pese a su juventud -31 años-, «es un autor muy reconocido y muy cofrade». Su taller se encuentra en la capital hispalense, en concreto «en la calle Arjona, cerca del puente de Triana, pero en la parte de Sevilla». Su producción está repartida por numerosas localidades del Levante español, Jerez, varios pueblos de Cádiz y Córdoba, así como en algunos municipios de Sevilla.