El crucificado de la Vera Cruz será presentado de nuevo hoy a los malagueños. Atrás quedan diez meses de intenso trabajo y estudio en el taller de Juan Manuel Miñarro, que ha buscado recuperar la imagen original de una talla que se estima que fue realizada en 1505, año de la fundación de la cofradía de la que es titular, y que ha pasado numerosas vicisitudes. De hecho, la imagen que conocemos de la Vera Cruz tiene su origen en la restauración realizada en 1991 por Óscar San José, que intentó ensamblar las siete piezas del Cristo original que se encontraron en un arcón y que es lo único que sobrevivió al año 1931.

Miñarro explica que la actuación de Óscar San José consistió en realizar una estructura metálica para consolidar las piezas y que está muy bien ejecutada. No obstante, el uso de materiales defectuosos o mal aplicados estaban causando daños en la imagen, que «estaba sujeta a la cruz de forma inapropiada», provocándole grietas en los brazos.

La primera actuación realizada por Miñarro fue buscar referentes de la época en que fue tallado el Cristo, justo en la transición del Gótico al Renacimiento, por lo que conserva elementos de ambos. El Cristo de los Vigías, de Vélez Málaga, ha sido el modelo elegido para reproducir el Cristo de la Vera Cruz: «Son muy parecidos, aunque éste es más fino y la policromía es distinta, quizá porque los Vigías no conserva la original».

Además de este referente en la talla, Miñarro ha realizado un completo análisis de las capas de policromía aplicadas, descubriendo hasta seis capas diferentes de policromía, debido a los numerosos cambios sufrido al vaivén de las moda de cada época histórica. El imaginero sevillano detalla que, incluso, descubrieron que el tamaño de la cabeza era especialmente pequeño «posiblemente porque tenía una corona tallada que fue eliminada para ponerle una peluca», tal y como aparece en las fotos más antiguas que se tienen de este Cristo, que datan de 1883 y 1884.

La policromía elegida es la que se le aplicó en el siglo XVII, ya que la original resultó muy difícil de sacar: «Al poco de tallarse la imagen parece que sufrió un ataque salvaje de insectos que casi la destruyó. En ese momento se cubrió con un lienzo y estuco, hasta que se le aplicó un nueva policromía en el siglo XVII que es la que se ha recuperado».

No obstante, la restauración ha traído una sorpresa para los hermanos de Fusionadas, ya que sacará a la luz la policromía original del paño de pureza, que es blanco con manchas de sangre y una franja de oro rematada con un ribete azul «que se ha reintegrado».

El Cristo de la Vera Cruz, que se presentará hoy a las 20.30 horas en el Museo Carmen Thyssen con una conferencia de Juan Manuel Miñarro, ceñirá en la cabeza una corona de plata que forma parte de las piezas de orfebrería que se han restaurado. «Estará como flotando en la cabeza y engrandecerá la imagen, aunque no sea de la época», explicó el imaginero, quien apuntó que también llevará las tres potencias y una nueva placa de INRI, también de plata.