­María del Carmen Ledesma aprovechó la oportunidad que le brindó la Agrupación de Cofradías al nombrarla pregonera de la Semana Santa de Málaga para este año. Tenía ante sí el reto de aportar ideas nuevas tras un año complicado por los enfrentamientos públicos en algunas cofradías, pero también fecundo con la celebración de las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ). Ledesma afrontó el reto con un pregón muy pegado al terreno, consciente de la realidad actual de las hermandades, de sus problemas y virtudes, señalando ambas con claridad y planteando el camino de la fe como el único posible para asegurar el futuro de las cofradías.

El Teatro Cervantes se volvió a llenar, un año más, para cumplir con el rito que anuncia la inminencia de la Semana Santa. La hermana mayor del Amor y la Caridad, María del Carmen Ledesma, fue este año el altavoz de las cofradías, la encargada de glosar a las hermandades malagueñas, pero también de ponerlas frente a un espejo para reflejar su situación.

El comienzo del pregón fue toda una declaración de intenciones del hilo conductor. Por un lado, las constantes referencias a la actualidad de la sociedad, mientras que por otro ofrecía a Dios y la fe como respuesta a los problemas actuales. Así comenzó: «A los cristianos nos apena y nos avergüenza ver imágenes de la Virgen utilizadas para divertir en un espectáculo televisivo, fotografías de nuestro Papa con las que se busca la burla y la risa, imágenes del arca de Noé u otras referencias a las Escrituras o a la Historia Sagrada usadas como reclamo publicitario o remedos de escenas de la Pasión de Cristo y tantos y tantos ejemplos».

Secularización. Las referencias a casos actuales fueron claras en sus primeras líneas. De fondo, la crítica a la secularización de la sociedad. Es la pregunta, la cuestión que lanzó a los cofrades, su actuación ante esto: «El mundo cofrade no es ajeno a la realidad que vivimos. A veces, no sólo se nos cuestiona en nuestras actuaciones, sino que casi parece que debemos pedir disculpas por ser cristianos», recordando además que «incluso dentro de la propia Iglesia» el cofrade es «molesto».

Para la pregonera, la respuesta a esta actitud de crítica exterior debe ser doble, por un lado «cumplir con sus reglas o estatutos» ya que la pertenencia a una cofradía es voluntaria y adelantando otra de las ideas de su pregón, la necesidad de evitar conflictos internos. La segunda conclusión que saca es que el cofrade tiene «la obligación de hablar de Dios» y recordó que la fe no es un factor opcional en la identidad cofrade: «A quienes piensan que el único objetivo de las cofradías es engalanar unos tronos para dar un espectáculo público (...), les invito a investigar el origen de nuestras hermandades».

Pero María del Carmen Ledesma quiso integrar el cuidado estético con la fe, recordando que son imágenes donde estos dos conceptos se «armonizan» y la responsabilidad de los cofrades en la custodia del patrimonio religioso.

Polémicas internas. «Las cofradías malagueñas (...) necesariamente tienen que estar por encima de polémicas, de situaciones puntuales de crisis o euforia y de intereses particulares que no conducen a nada», afirmó la pregonera, que fue muy dura con aquellos que se acercan a las hermandades por intereses personales y reiteró que a las cofradías se va «a servir y no a servirse de ellas», al tiempo que añadió que «no somos títeres de la maquinaria política» y que «la pertenencia a la Iglesia es del todo incuestionable».

Precisamente sobre las relaciones con la Iglesia animó a ésta a superar las «dificultades de entendimiento» que se producen en ocasiones y que lleva a los cofrades a sentirse «feligreses de segundo orden».

JMJ y juventud. No todo fue crítica. María del Carmen Ledesma destacó los beneficios obtenidos con la celebración de las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ), en las que estuvo implicadas en la organización. En este aspecto, recordó que los cofrades trabajaron «en un proyecto común de servicio a la Iglesia» y tuvo la virtud de unir a los cristianos alrededor de la Cruz del Papa Juan Pablo II. «Nos devolvió la esperanza de reconquistar sensaciones muchas veces olvidadas. Regresamos convertidos en peregrinos-misioneros con nuestro propio compromiso personal».

Destacó el anhelo de los jóvenes por tener «pilares sólidos sobre los que fundamentar su vida» y su demostración, con el JMJ, «de lo que puede significar el concepto hermandad».

Con esta llamada a los jóvenes, a su participación, ya que son «la garantía de la continuidad de las cofradías y hermandades de Málaga». Sin embargo, les recordó que el éxito se sustenta «en cimientos profundos: la responsabilidad, el esfuerzo personal, el espíritu de servicio y la humildad ante la prepotencia».

Otros mensajes. El repaso por las distintas hermandades también le sirvió a Ledesma para trufar su pregón de distintos mensajes, hilando con las distintas advocaciones. Así, aprovechó la Pollinica para explicar el significado de ser nazareno «la señal de pertenencia que da el color de la túnica, el símbolo de respeto que conlleva cubrirse la cabeza, los momentos de oración y encuentro personal que permite el anonimato». Con el Prendimiento recordó la respuesta de la JMJ que demostró «que la diversión no está reñida con rezar con alegría» ni asociada al alcohol o las drogas.

La necesidad de encontrar «un puente de diálogo en nuestras propias cofradías» (Paloma); el economato social de las cofradías para «llevar con dignidad un plato de comida a la mesa» (Viñeros); la igualdad de la mujer planteada ya por Jesús -«fueron ellas las que permanecieron firmes al pie de la Cruz. Haciéndose visibles» (Salutación)-; la crítica al terrorismo al instar: «Debemos condenar y repudiar públicamente y en voz bien alta, cualquier tipo de terror» (Expiración); y la defensa de las bandas de música (al hablar de Zamarrilla) fueron algunos de los puntos que tocó la pregonera a lo largo de su intervención.

Estructura. Ledesma planteó un pregón clásico en su estructura básica, con una parte declarativa al comienzo y un repaso de las hermandades en el cuerpo principal. Ahí, sin embargo, aportó un toque de originalidad al plantear el repaso por las cofradías por orden cronológico en la Pasión, casi como un vía crucis, en vez de recurrir al habitual recorrido semanasantero.

Destacaron las referencias a la Caridad, advocación de su cofradía a la que está muy unida y que el elemento que hilvanaba su recorrido era una recreación de la Pasión en escenarios malagueños.