Con la mirada puesta en el cielo y el oído en el teléfono, las primeras hermandades no agrupadas salieron a la calle para realizar sus estaciones de penitencia. Procesiones fuera del Centro que se mezclaron con traslados en una jornada con muchas citas y que se han convertido en vísperas de empaque para el Domingo de Ramos.

Si Mediadora de la Salvación es la hermandad del inicio del Viernes de Dolores y Churriana y Puerto de la Torre, tan clásicas como añejas, cierran esta primera jornada procesional, la presencia nazarena también se extendió por el barrio de Dos Hermanas, donde volvió a salir la Virgen de la Encarnación. Otro estilo completamente distinto del que se defiende en la acera contraria de la Carretera de Cádiz. Aquí hay mantillas y se levanta a pulso. La Virgen, en un trono frondosamente exornado con claveles blancos y liliums, llevaba el acompañamiento de la banda de la Cruz del Humilladero.

En Martiricos y La Roca, Jesús de Medinaceli también pone una pica en un imaginario Flandes penitencial. Medio centenar de nazarenos precedían el caminar de la imagen de Israel Cornejo, que lucía una túnica morada con antiguos bordados e iba sobre un risco de flores silvestres, lirios y cardos. Dos faroles le servían de escolta y, si la banda de la OJE abría la comitiva, la agrupación musical de San Lorenzo Mártir interpretaba marchas procesionales tras las andas.

Traslados. El Viernes de Dolores es también un día de muchos traslados. Diez. Quizá el hecho de que la mitad sean claustrales y otro sea un vía crucis a las once y media de la noche hace que pierda espectacularidad en comparación con el Domingo de Pasión, pero no interés.

Los dos primeros que se celebraron tuvieron como escenarios barrios de raigambre cofrade, como El Perchel y la Victoria. En el primero de ellos, la cofradía de la Estrella volvió a vivir su multitudinario traslado y reencuentro con el barrio. Este año, además, con una buena noticia como es la decisión de llevar a sus sagrados titulares en dos andas independientes. Primero salió el Señor de la Humillación con las andas adornadas de claveles rojos y llevadas por hermanos de la cofradía y policías locales de uniformes, que se mezclaban en los varales, reforzando la vinculación que mantienen desde hace años.

La Virgen de la Estrella, con su habitual elegancia, realizó el traslado en sus propias andas, lo que permite valorar mejor ambas imágenes. La sagrada titular de esta hermandad vestía una elegante saya burdeos y manto azul, liso.

Casi a la misma hora que la Estrella, María Santísima del Monte Calvario bajó desde su capilla hasta la basílica de la Victoria. La Banda de la Paz fue la encargada de aportar la música al traslado, que fue abierto por un sencillo cortejo con el guion, hermanos con vela, los miembros de la junta de gobierno, acólitos y turiferarios. Sobre las 21.15 horas el cortejo llegó a la basílica para entronizar a la Virgen.

Claustrales. Otras cuatro cofradías realizaron traslados claustrales de sus imágenes. En San Felipe Neri se sucedieron dos sin apenas solución de continuidad. Comenzó la hermandad de la Santa Cruz sobre las nueve de la noche, con un sencillo acto en el que se realizaron las lecturas del día -festividad de la Virgen de los Dolores- y se bendijo el nuevo guion de la hermandad, realizado por Joaquín Salcedo. Un cuarteto de viento de la Banda de Música de la Esperanza interpretó marchas procesionales adaptadas a la música de capilla.

A las 23.30 horas le tocó el turno a la Salutación, que entronizó al Señor en su trono. A esa misma hora, pero desde San Pablo, salió el vía crucis del Santo Traslado, que recorrió las calles de la Trinidad.

Poco antes, también en San Pablo, la Salud había entronizado al Cristo de la Esperanza en su Gran Amor. El acto comenzó con la imagen situada frente al sagrario, como ya ocurrió el año pasado.

Crucifixión vivió la gran novedad de realizar el primer traslado a su casa hermandad. La Virgen del Mayor Dolor ya estaba en su trono, donde llegó el jueves. Un sencillo cortejo con la banda de Santa María de la Victoria sirvió para entronizar a esta imagen.

Dolores del Puente y Expiración completaron los traslados previstos ayer. El primero fue claustral, en el interior de Santo Domingo, mientras la Estrella realizaba su traslado por el barrio. La Expiración se mantuvo en duda hasta el último momento por la previsión de lluvia a media noche. Tras la celebración de la misa, la archicofradía optó por salir, aunque con ligereza para evitar que la lluvia le afectara en el recorrido.